Embarazos de seis años

La delegación pitiusa de la Asociación de las Islas Baleares de Adopción pide atención psicológica para las familias antes y después de recibir a sus hijos.

Carolina Bonet aún recuerda los primeros días con sus hijos, Josep, de 14 años, de República Dominicana, y Jordi, de 12, de Colombia. «Fueron difíciles. Llegas con muchas ganas y puedes encontrarte, como yo, con un niño asustado, que ha estado 13 meses con una familia de acogida y que, además, los 15 días antes de que llegues ha estado en otro lugar», recuerda la presidenta de la delegación pitiusa de la Asociación de las Islas Baleares de Adopción (AIBA) en una de las aulas de la guardería Colores, en la que más de 30 personas esperan a que comience la jornada sobre adopción organizada por la Asociación de Guarderías de la Pimeef. Algunos de ellos son padres adoptivos. Otros están deseando serlo.

Precisamente saber qué pueden encontrarse al recibir a los niños y estar preparados para atenderlos durante las primeras semanas es uno de los objetivos principales de la jornada. «En un embarazo hay dudas e inquietudes. Nosotros también las tenemos y nuestros embarazos pueden durar hasta seis años», comenta Carolina. «Desde pequeños hay que empezar a explicarles cuáles son sus orígenes, que son adoptados. Es muy importante. Y tenemos que considerarnos familias reparadoras. No solo hay que darles mucho cariño y cubrir sus necesidades básicas, hay que curarles de todo lo que traen», detalla la presidenta de AIBA en las Pitiusas. Bonet denuncia la carencia de recursos en las Pitiusas tanto para preparar a los padres para los primeros momentos con sus hijos como para ayudarles después, cuando ya están aquí. «No tenemos clases preparto», ironiza la presidenta, que asegura que en otras comunidades, incluso en Mallorca, existe este servicio de atención pre y post adopción para las familias adoptivas.

Bonet detalla que el departamento de Menores del Consell hace un seguimiento de las familias y realiza pruebas para conceder la idoneidad. «Una vez conseguido el documento empieza toda la burocracia y tienes que escoger el país en el que vas a adoptar, que es muy importante, y necesitamos asesorarnos. Para eso y para el primer encuentro, porque lo complicado no es solo conseguir el niño», indica. Carolina recuerda la cara de sus hijos en el primer encuentro. «No te conocen. Te miran con cara de extrañeza. Tú los has visto en fotos, pero ellos no siempre saben quién eres. Hay veces que les enseñan fotos de la familia adoptiva, pero no siempre es así y hay problemas. No todo es color de rosa», añade mientras algunos de los últimos en llegar recogen en la mesa que hay en la entrada un ejemplar de la guía ´I després d´adoptar… ¿què?´.

Una de las cosas que Carolina Bonet explica a las más de 30 personas que la escuchan en la guardería es que si detectan un problema –«sea grande o una chorrada»– pueden pedir ayuda al pediatra, el médico de cabecera o al tutor del niño en el colegio. «Son los caminos gratuitos que tenemos ahora mismo», destaca la presidenta, que reconoce que adoptar es cada vez más difícil. «Los niños que están en adopción son niños abandonados. El objetivo es encontrar unos padres adecuados para esos niños, no buscar niños para familias que los quieren», indica Carolina.

Aunque la intención de la charla es preparar a los padres para los momentos más complicados, Carolina confiesa que, pasado un tiempo, todo eso se olvida. «Vas con tus niños por la calle y estás encantada. La gente te mira, porque se nota que tus hijos son adoptados, y te sientes muy orgullosa. Con tiempo todo acaba funcionando, eres como cualquier familia», indica. Eso sí, la presidenta ya se prepara para otro momento complicado: la búsqueda de los orígenes. Josep y Jordi, preadolescentes, quieren viajar a sus países de origen, saber si tienen familia allí y conocerla. «Es algo que teníamos previsto», asegura.

Fuente: Diario de Ibiza

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