El 8% de las adopciones fallan

Las familias aportan su ilusión, el esfuerzo y se arman de paciencia para aguantar hasta seis años de espera para poder adoptar un niño en el extranjero. Pero la adopción no acaba con el viaje de vuelta de un hijo que ha podido estar viviendo en un centro de acogida de China, Rusia o Vietnam mucho tiempo. El proceso de adaptación en el hogar puede llevar tiempo, y no siempre acaba bien. Porque a veces los padres crean un prototipo de niño que nunca existió.

Es el problema de las falsas expectativas, cuenta Jesús García, pediatra del Hospital Niño Jesús de Madrid, que desde 1992 atiende a familias adoptantes y a sus hijos y les ayuda a superar tensiones y problemas puntuales de salud. Su consulta se ha puesto como referencia en la jornada sobre adopciones que ha organizado la Organización Médica Colegial en Madrid.

El 8% de las adopciones internacionales fallan, según cuenta Jesús García basándose en un estudio de la socióloga, Ana Berasategui. Los problemas de convivencia en el hogar pueden llevar a que el niño tenga que cambiar de familia. En ningún caso, el menor vuelve a su país de origen. La administración intenta, en primer lugar, mediar y resolver los problemas. Si no es posible, se deberá desarrollar otro proceso de adopción.

Según el doctor García, el 3,7% de los padres asegura que no volvería a adoptar al mismo niño porque no ha sido posible la integración o la convivencia no es la esperada.

Los profesionales advierten de que muchos padres no reciben suficiente formación e información para hacer frente a las tensiones inevitables que se producen por incorporar en la familia a un niño que puede arrastrar un duro pasado, ya sea porque ha sido abandonado, o ha sufrido situaciones de abuso. En estos casos, existe un vacío de cariño y mayor vulnerabilidad.  Jesús García advierte de que por cada año que un niño pasa en un orfanato, sufre seis meses de retraso en el desarrollo cognitivo, precisamente por la falta de afectividad en sus primero años de vida.

En su consulta, el doctor García ayuda a resolver la impulsividad que los niños muestran ante la comida y atiende afecciones que pueden importar de sus países de origen.

El ‘síndrome del niño’ adoptado lo sufren los padres que luego se vienen abajo

Pero obsesionarse con la historia del menor puede volverse en contra, y generar lo que los sanitarios llaman el “síndrome del niño adoptado”. Esto se produce cuando la adopción se considera un problema. Jesús García pone como ejemplo los falsos diagnósticos: “Los padres vienen pensando que sus hijos tienen hiperactividad, un retraso mental o que es autista. Simplemente, estos niños pueden tener un problema puntual en la conducta o en el aprendizaje. Es peligroso abusar de la medicación”.

Otro problema se produce en la escuela. La falta de preparación de los profesores lleva a considera a los niños adoptados diferentes al resto de la clase, según opina Jesús García: “La consecuencia es que se cronifica la herida, el estigma  que sufren los menores, y esto genera problemas de seguridad, autoestima y de aptitud”.

Los profesores admiten que cuanto más edad tenga el menor adoptado, mayor es el riesgo de que surjan problemas de convivencia, porque la adolescencia es una etapa intensa. El Defensor del Menor en Madrid, sociólogos y médicos proponen aumentar el seguimiento de las familias que adoptan, e intervenir más ante las crisis.

Fuente: Te Interesa

 

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