Asesoría médica por países: África

El equipo médico de la Asociación de Estudio y Seguimiento de la Adopción Internacional “Hijos de la Esperanza” en su web MundoAdopción, ofrece una valoración de los problemas de salud más frecuentes en los niños adoptados provenientes de distintas zonas geográficas

África

El continente africano, lo podemos dividir en dos grandes áreas geográficas: el Magreb y el África subsahariana. El África sub-sahariana es la zona del mundo que mantiene indicadores de mortalidad infantil (niños menores de 5 anos) y neonatal, mas altos.

Las principales causas de mortalidad son los problemas perinatales, las infecciones respiratorias, las diarreas, la tuberculosis, la malaria, el sarampión, y el SIDA. La malnutrición asociada a estas causas es un factor que contribuye en un 54 % a la mortalidad infantil (figura 5). En los países africanos, a diferencia de otros países, en los que los niños pueden terminar en una institución por diferentes motivos, los menores que se encuentran en los orfanatos, en su mayoría son realmente huérfanos. África sub-sahariana es la región del mundo con mayor número de huérfanos y es la única región del mundo donde esta cifra ha aumentado en los últimos años. Desgraciadamente las previsiones apuntan a que el número de niños huérfanos debido al SIDA continuará incrementándose en la próxima década.
Este aumento en el número de huérfanos tienen un tremendo impacto social, aunque se trate de culturas y comunidades con una fuerte cohesión social y con tradiciones que proveen soporte a los niños vulnerables y huérfanos: por la estructura de las familias africanas, es normal que parientes y vecinos se puedan hacer cargo de niños cuando sus padres no están en condiciones de ello. Además, la distribución de las casas en las áreas rurales facilita las cocinas comunitarias y el compartir otras tareas. Esta organización social también incide en el temperamento de los niños huérfanos que aceptan con menor impacto emocional residir en orfanatos donde mantienen la forma de vida comunitaria y el juego al aire libre, aunque las condiciones de salud no sean las óptimas.

Problemas de salud

Diarrea/parásitos intestinales
En los niños que proceden de África, es frecuente encontrar sintomatología digestiva, siendo la diarrea el signo más habitual. Las causas pueden ser múltiples pero no es extraño encontrar bacterias como Salmonella, Shigella, Campylobacter o Yersinia y parásitos. Entre los parásitos, son muy comunes los protozoos (Giardia lamblia y Entamoeba histolytica), pluricelulares Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Hymenolepsis nana, Estrongiloides estercolaris. Por ello es recomendable realizar un coprocultivo incluyendo investigación de rotavirus y determinación de las diferentes especies de E. coli y buscar parásitos en 3 muestras a días alternos de heces. La diarrea crónica y las manifestaciones clínicas digestivas inespecíficas así como la eosinofilia deben hacer insistir en la búsqueda de parásitos. La presencia de los parásitos helmintos disminuye con el tiempo de estancia en el país receptor. Otra enfermedad a la que merece la pena hacer referencia es la esquistosomiasis. Si el niño procede de un área endémica, se indagará acerca de los riesgos de exposición si es posible (nadar en ríos, lagos o charcas). Los eosinófilos también estarán elevados en sangre. Las complicaciones de la esquistosomiasis pueden aparecer años después. La clínica aguda en muchas ocasiones es inexistente. Buscaremos al Esquistosoma hematobium en orina, el Esquistosoma mansoni en heces y, ante sospecha (picor, urticaria, fiebre, congestión venosa o dolor abdominal; o en el caso del haematobium, molestias urinarias o sangre en la orina) se buscarán los parásitos en orina o heces dependiendo de la especie y se solicitaran serologías especificas para esquistosomas en sangre.

Paludismo
El patrón de fiebre de los primeros días de infección es parecido a otras enfermedades infecciosas. Las manifestaciones clínicas se caracterizan por el acceso febril, acompañado en ocasiones de vómitos y dolor de cabeza, aumento del tamaño del bazo, anemia y cifras bajas de plaquetas. La forma más grave y la más frecuente es la producida por el Plasmodium falciparum, que puede producir malaria cerebral y otras complicaciones. Las otras especies causan formas mas leves, pero pueden presentar recurrencias hasta varios meses y años después de abandonar la zona endémica. En el caso del Plasmodium malariae los episodios febriles pueden aparecer muchos años mas tarde y asociarse en los niños a problemas renales. Ante todo episodio febril en un niño que procede de una zona endémica debe realizarse una gota gruesa y una extensión fina para descartar la malaria. Las personas que proceden de áreas hiperendémicas han desarrollado semi-inmunidad debido a la repetida exposición y pueden estar asintomáticas, por lo que es importante en la primera exploración al llegar al país receptor realizar una gota gruesa de rutina a todos los que procedan de un área endémica, el 90% de los casos ocurren en África sub-sahariana.

Hemoglobinopatías
En todos estos niños debe realizarse un hemograma completo para la detección de anemia y estudio de hemoglobinopatías. Dada la gran prevalencia de algunas de ellas en el continente africano. Las talasemias son más propias del área del Magreb, mientras que la anemia de células falciformes (drepanocitosis) es una entidad propia del África sub-sahariana, y en algunos lugares las poblaciones de heterocigotos llegan al 30%. También es frecuente en esta población el déficit de G6-PDH, siendo preciso realizar este test antes de emplear determinada medicación. El motivo es que algunos medicamentos contra la malaria pueden desencadenar una crisis hemolítica que destruye los glóbulos rojos (Ej, la primaquina)

Hepatitis virica
Una gran proporción de niños de África ha contraído la hepatitis A en edades tempranas, por lo que hay pocos motivos para solicitar anticuerpos para este virus en ausencia de sintomatología sugestiva (aumento del tamaño del bazo, ictericia, fiebre). En presencia de ésta, solicitar serologías y transaminasas. Con serologías negativas y según la procedencia (por ejemplo, Etiopía) pensar posibilidad de hepatitis E. La prevalencia de hepatitis B en África es alta. Los niños deben ser examinados para determinar la presencia de anticuerpos. Un error frecuente entre los niños adoptados es el haber determinado únicamente la presencia del antígeno Australia (HbsAg) ya que esta prueba es insuficiente para conocer el estado de portador. Las pruebas de detección de HbsAg y anti-HBs no identifican a los niños que se encuentran en el “período ventana” de la infección aguda; en estos casos el diagnóstico se establecerá por la presencia de un anticuerpo (anti-HBc). El estado de portador crónico de la hepatitis B se define como la persistencia del HbsAg durante más de 6 meses. Cuando se diagnostique un portador crónico hay que vacunar los contactos domiciliarios realizando estudio serológico previo. Los niños cuyas pruebas para hepatitis B resulten negativas deben recibir la vacunación rutinaria contra la hepatitis B. La hepatitis D solo se produce en personas que ya tienen una infección activa por el virus de hepatitis B. Es poco frecuente, pero su prevalencia es más alta en África. La hepatitis C en niños se puede transmitir de la madre al niño, o por vía venosa. La presencia de anticuerpos en niños de más de 15-18 meses es diagnóstico de infección pero este diagnóstico se debe confirmar con la medición de una PCR. Los datos de los que disponemos actualmente nos indican que no existe una gran prevalencia de hepatitis C en la población africana, con la excepción de Egipto.

Infección por VIH
El riesgo de presentar infección por VIH en niños adoptados dependerá del país de origen y los riesgos individuales. Como ya hemos referido, los países africanos son los de mayor prevalencia mundial, sin disminuir el número de casos por año, sino todo lo contrario. En el primer examen todos estos niños deben ser estudiados para descartar el VIH. No deben considerarse fiables los resultados de pruebas realizados en el país de origen. Es recomendable completar la serología con pruebas de PCR homologables.

Eosinofilia
La presencia de eosinófilos en sangre es frecuente y sugestiva de parásitos pluricelulares en los niños procedentes de África. Ante el hallazgo de eosinofilia, debemos repetir el estudio de parásitos si este ha sido negativo, realizar serologías específicas, Radiografía de tórax según sintomatología, y realizar estudio de filarias (remitir a centro especializado)

Tuberculosis
La tasa de infección por cada 100.000 habitantes es cuatro veces mayor en los países de baja renta, que en los núcleos urbanos de nuestro país. En África se estima una tasa de prevalencia de 200 por 100.000 habitantes, mientras que en Barcelona o Madrid es de 45-65, y de 23-25 en otros países desarrollados. El procedimiento correcto para el estudio de estos niños es la realización de la prueba de tuberculina (Mantoux/PPD) de forma rutinaria, y según el resultado, completar estudio de tuberculosis multirresistente.

Lesiones cutáneas
La sarna y los piojos son frecuentes. Las infecciones de piel por Staphylococcus aureus (impétigo) o la presencia de hongos, incluyendo tiña de la piel y de la cabeza, tampoco son hallazgos raros en la exploración cutánea del niño adoptado de África. En presencia de eosinofilia, picor y con lesiones de rascado hay que pensar en la posibilidad de filarias, después de descartar otros procesos mas comunes (p.e: sarna). Con la sintomatología mencionada, la presencia de nódulos cutáneos en cresta ilíaca o meseta tibial nos debe hacer pensar en la oncocercosis.

Otros
En la exploración cutánea de estos niños podemos encontrar cicatrices rituales o de medicina tradicional. También es importante en la primera exploración valorar los genitales, los niños suelen estar circuncidados, y aunque con menos frecuencia, podemos encontrar en las niñas una clitorectomía o la ablación de parte de los genitales externos femeninos. En algunas culturas africanas se practica también la amputación de la campanilla (úvula) con la creencia de que puede inducir a la abstinencia sexual, o la extracción de piezas dentarias, con creencias curativas o de prosperidad.

Vacunaciones en África
En la mayoría de casos no existen registros vacunales y las vacunas que han recibido son desconocidas aun existiendo en la mayoría de países programas de vacunación con adecuado cumplimiento hasta el primer año de vida. Actualmente se realizan grandes esfuerzos por parte de organizaciones internacionales para la administración del sarampión a los 9 meses, y se ha introducido en muchos países la vacuna contra la hepatitis B y se ha iniciado la vacunación contra Haemophillus influenzae.

Podemos reconocer la cicatriz de la vacuna BCG contra la tuberculosis en el hombro (o en el antebrazo en algunos países como Madagascar y R. D. Congo). Generalmente es administrada en las maternidades.

Los niños adoptados procedentes de Marruecos suelen llegar a nuestro país con un documento acreditativo del calendario vacunal bien cumplimentado, las vacunas han sido correctamente administradas y son fiables. En este grupo de niños hemos de tener en cuenta que la consanguinidad (matrimonios dentro de una misma familia) puede ser más frecuente.

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