Infancia sin padres – 1ª parte

En la India, a las afueras de la ciudad  está situado un orfanato. A este lugar llegan niños y bebés de familias en situación de extrema pobreza que se ven obligados a desprenderse de sus hijos. El día a día de los huérfanos cambia con la visita de alumnos y profesores de Bellas Artes que realizan actividades creativas con los niños que les hace más llevadera la espera de una familia de adopción.

A la sombra de las tiendas de lujo de Manila y las grandes empresas viven en la calle cientos de niños. Se refugian en las puertas y se esconden en los cementerios procurando pasar desapercibidos para la policía. Si los encuentran, se arriesgan a acabar en el RAC, una suerte de centro de acogida donde viven hacinados niños de todas las edades, en unas condiciones deplorables y sin derecho a salir. Este centro se ha convertido en un símbolo de la política represiva y de limpieza del gobierno. Sin nadie que los cuide y sin perspectivas de que las cosas mejoren ¿qué futuro les depara a los niños abandonados de Manila?.

En el cementerio sur de Manila, se extienden hectáreas de tumbas donde viven cientos de familias. Desde hace algunas generaciones abuelos, hijos y nietos ocupan las tumbas, su único refugio. Han sido perseguidos y expulsados varias veces pero ellos siempre vuelven a sus tumbas. El cementerio también les proporciona trabajo, limpian las tumbas y ganan dinero ayudando en los entierros.

El Smoked Mountain, la Montaña Humeante, es un vertedero de veinte hectáreas que las autoridades quieren ocultar. Miles de toneladas de basura, amontonada a lo largo de kilómetros. Entre las toneladas de basura, se libra una encarnizada batalla para conseguir todo aquello que se pueda vender. El vertedero constituye el medio de vida de cuatrocientas familias, lo que equivale a cerca de tres mil personas. Pululando entre las excavadoras los más hábiles son los niños que constituyen la parte esencial de la mano de obra.

Este documental va al encuentro de los desheredados de Manila, entre trescientas y cuatrocientas mil personas que viven en las calles

 

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