Ningún chico es una causa perdida

Argentina.-Decenas de chicos mayores de 5 años esperan ser adoptados. En este momento hay un chico o un grupo de hermanitos que esperan que alguien los vaya a buscar para formar una familia. Por eso este informe, para recordar a nuestros lectores la existencia de esa dolorosa realidad.

Como señala la nota de Ana Mariani, el 85 por ciento de los candidatos a adoptar anotados en el Registro Único de Adopciones (RUA) se inscribe en el Subregistro 1, que corresponde a niños de 0 a 1 año.

Se trata de un tema complejísimo, sobre el que pesan en forma determinante los prejuicios y el temor. Éstos se basan generalmente en historias conocidas, de primera o segunda mano, sobre los daños que causa la institucionalización; o sobre los derechos que asisten a los padres biológicos para reclamar al niño aunque éste se encuentre en guarda preadoptiva. También está el temor de que el niño haya sufrido enfermedades, castigos o abusos que hayan dejado secuelas en su salud o personalidad. O de que las instituciones no acompañen como es debido a la familia que adopta.

Por si fuera poco, la brecha social entre los que tienen algo y los muchos que no tienen nada también se constituye en un obstáculo. Se teme a la herencia de una forma de vida que no tiene nada que ver con la propia, y a no poder lidiar con ella.

Para hacer una síntesis brutal, no son pocos los que piensan que un chico de origen humilde y que estuvo institucionalizado es irrecuperable.

Infinidad de testimonios prueban que no es así. Chicos y jóvenes que pasaron por situaciones verdaderamente dramáticas salen adelante.

Es cierto que no es un camino fácil y no basta con el amor de una familia. Se necesita asistencia de todo tipo, y en eso tienen que concentrarse el Estado, las ONG y los particulares comprometidos con este problema.

La tendencia a desinstitucionalizar parece positiva y esperanzadora. La misma tendencia prioriza la revinculación del niño con su familia extensa. En cambio, la ley que establece que el requisito mínimo para mantener la patria potestad sobre un niño institucionalizado es de dos visitas anuales, parece beneficiar más a los padres biológico que al niño. En esas condiciones el niño no puede ser adoptado, pero tampoco tiene a su familia.

Los especialistas consultados enfatizaron que nada es automático cuando de aplicar la ley se trata, y que no debe haber dogmas en esta materia. A la luz de esto último, mejorar las leyes también es una materia pendiente.

Fuente: La Voz – Argentina

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