Etiopía desbanca a China y Rusia y Ucrania como primer ‘facilitador’ de adopciones (en Murcia)

La geopolítica juega un papel trascendental en los procesos de adopción internacional. De la situación de un país, de su nivel de desarrollo económico, de sus formas de gobierno, de si está inmerso o no en un conflicto bélico e incluso del grado de corrupción en sus instituciones, acaba dependiendo que el número de niños que salen de ese territorio, en busca de una familia extranjera que los adopte, sea más o menos importante y aumente o disminuya de un año a otro.

De esta manera, si en años pasados China, Ucrania o Rusia eran los principales ‘suministradores’ de niños en adopción, desde hace tres años Etiopía -sumido en inacabables guerras internas que han destrozado el país- sea el país que ha permitido salir mayor número de niños en dirección a Murcia.
Una circunstancia que, sin embargo, está cambiando rápidamente. Según explicó ayer la directora del Ecai Feyda -una de las entidades colaboradoras de la Administración regional en estos trámites-, María Angeles Amorós, antes «venían muchos niños de Etiopía y ahora, en este país, al estar perfeccionando su propia legislación, no se tiene interés en que salgan tantos pequeños. El Gobierno etíope ha tomado conciencia de ello y se tarda más en los trámites». Así, se ha pasado de seis meses de duración del proceso a unos 18 meses, «desde que se presenta la documentación hasta que se adopta al niño».
La consecuencia de esas nuevas trabas es que el número de adopciones completadas también se ha reducido drásticamente, pasando de las 55 de 2009 a las 25 del año pasado, pese a lo cual Etiopía sigue estando muy por delante del segundo país facilitador de adopciones, que es China, con 9.
Estos datos fueron facilitados ayer durante la presentación del convenio de colaboración entre la Consejería de Política Social y Feyda, una entidad colaboradora para este tipo de adopciones (Ecai), que viene a sumarse a la que ya estaba funcionando: Amofren.
De este modo, Feyda se encargará de la realización del seguimiento del proceso de adopción y de la elaboración de informes y de su necesaria traducción para enviarlos a los países que están gestionando esas adopciones.
El objetivo, según la consejera María Ángeles Palacios, es «facilitar a las familias que quieren adoptar las relaciones con el país de origen, con el fin de garantizar el éxito de un procedimiento muchas veces complejo por los requisitos legales a los que está sometido. Además hay que tener en cuenta que los periodos de seguimiento no son iguales para todos los países».
En este sentido, Amorós puntualizó que frente a los seis meses que se tardaba en lograr una adopción con Etiopía, en el caso de Colombia,este tiempo llega hasta los cuatro años y en Bolivia, por ejemplo, los convenios «están cerrados».
Fuente: La Verdad – de Murcia
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