Educar a los hijos en las redes sociales

Las últimas generaciones de niños están inmersas dentro de una nueva era: la era de la información, de la tecnología, de la globalización. A los pocos años ya son capaces de desenvolverse con un móvil de alta tecnología, con el ordenador portátil y con el último iPad del mercado. Todas las herramientas digitales a su alcance para interactuar y relacionarse con los demás. Y conforme se hacen mayores, encuentran una mayor utilidad en las redes sociales.

Por excelencia, podemos hablar de dos: Tuenti, para los adolescentes, y Facebook, para un público más adulto. Pero aunque estas son las más populares, hay muchísimas más donde vuestros hijos pueden estar registrados: Hi5, Bebo, Badoo… son solo algunas de ellas.

Ante esta nueva circunstancia, la gran mayoría de padres se desconciertan. ¿Cuál debe ser su papel ante este fenómeno?  La preocupación es mayor porque los padres dominan y conocen las redes sociales mucho menos que sus propios hijos e ignoran si el acceso a estas nuevas tecnologías es beneficioso o perjudicial para ellos.

¿Qué hacer? Ante todo, hay que tener en cuenta que  las redes sociales se han convertido en algo esencial en la vida de los jóvenes, que son importantes en su desarrollo, porque a través de ellas se relacionan, se expresan, se sienten partícipes de un grupo y, en definitiva, crecen.  Impedir el acceso a las redes sociales equivaldría a evadir a vuestros hijos de la realidad y eso sí que podría ser un grave problema. Algunos consejos para abordar el nuevo contexto social son los siguientes:

1. En primer lugar, debéis mostrar siempre vuestro apoyo y confiar en vuestros hijos. Eso servirá para fomentar su autonomía, su libertad y su responsabilidad de manera gradual. De esta forma, les ayudaréis a madurar: a tomar decisiones, a asumir consecuencias, a aprender de errores. Ellos deben elegir libremente cómo gestionar su perfil, su cartera de amigos, sus fotos… vuestro deber solo consistirá en asesorarles sobre cada uno de estos pasos, el resto es decisión de ellos.

2. Establecer límites. No es una medida preventiva que se aplique en esta materia y en ninguna otra. Las normas y los límites existen en todos los ámbitos y todas las actividades, por ello es necesario acordar con vuestros hijos un horario y un tiempo límite de uso. De esta forma, os aseguraréis de que sigan estudiando y dedicándole tiempo a las labores del hogar.

3. Comunicación. La comunicación familiar  entre padres e hijos no siempre es fácil, es algo que se debe fomentar desde la infancia para cuando se hacen mayores y autónomos, conseguir mantener la plena confianza. Si lográis crear un entorno agradable, donde todos pueden hablar y ser escuchados sin juzgar; donde se valoren las ideas de cada cual y se respeten, donde se hable naturalmente de sus amistades, de sus gustos, de su día a día… cuando llegue el momento adolescente, las redes sociales serán simplemente un tema más de conversación. Otra forma de reforzar la comunicación es animaros a introduciros en el mundo de las redes sociales, a participar e interactuar con ellos, lo que no significa invadir su privacidad ni controlarles las 24 horas del día. La confianza es fundamental.

4. Potenciar el espíritu autocrítico y otros valores positivos. Si vuestros hijos parten de una buena educación, con la que se les ha enseñado a distinguir lo que está bien de lo que está mal y lo que es bueno de lo que es malo, ellos mismos aplicarán estos valores a la hora de enfrentarse a las redes sociales y sabrán utilizarlas razonablemente.

5. Ayudarles a controlar los riesgos. Las redes sociales permiten establecer relaciones con una característica muy singular, la del anonimato. De alguna manera, la ausencia del contacto cara a cara, hace que no sepas realmente quien está al otro lado del ordenador cuando se trata de una persona que has conocido a través del chat. Este es uno de los grandes comecabezas de los padres, ¿y si mi hijo está hablando con un lunático? Pero para ello siempre deberéis aconsejar a vuestros hijos sobre este tipo de cuestiones: que no acepten automáticamente a todo el mundo, que sepan configurar su privacidad, que no hagan públicos comentarios o fotografías comprometedoras, que no acepten a desconocidos, que en caso de hacerlo conozcan bien cómo bloquearlos y eliminarlos de la cuenta, y que nunca queden con personas desconocidas si no es en compañía, en un sitio público o avisando previamente. Al fin y al cabo, hay que ayudarles a usar el sentido común y hacerles ver que lo importante no es tener muchos amigos, sino buenos amigos.

6. Mostrar una actitud positiva ante las redes sociales. Negar el valor de las redes y tratar de aislar a vuestros hijos de ellas no contribuirá en nada. Hay que conocer bien todas las ventajas que ofrecen y potenciarlas como medio de comunicación que son. Por ejemplo, las redes permiten organizar fácilmente eventos sociales, recaudar fondos para un proyecto, intercambiar opiniones, darse a conocer…  No demonicéis las redes sociales y digáis que son la causa de todos los problemas de vuestros hijos.

7. Inculcar la compatibilidad entre las redes sociales y el resto de ámbitos. Aunque las redes son importantes para el desarrollo de vuestros hijos, esto no quiere decir que sean el único instrumento de aprendizaje. No deben sustituir las relaciones personales, las quedadas con los amigos, las charlas familiares, la lectura de libros, el visionado de películas… por horas y horas delante del ordenador. Para evitar esto, como decía al principio, es bueno establecer un marco de horarios. La clave, como en todo, está en mantener un equilibrio entre las distintas actividades.

Comentadas estas siete pautas básicas sobre la actitud de los padres frente a las redes sociales, únicamente matizar que en sí mismas las redes no son ni buenas ni malas, todo depende del uso que se les dé. Un uso adecuado, potenciará el desarrollo y la madurez de vuestros hijos. Un abuso de las mismas las convertirá en un problema. De vosotros depende que se haga o no un uso responsable de ellas.

Fuente: CEAPA en Eliceo

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