Haití. ¿Hacia una reanudación de la adopción internacional?

Haití ha sido desde hace varios años un  país de origen con relación a las adopciones internacionales. Durante el  terremoto, la prensa se hizo eco de un número bastante importante de  niños que fueron adoptados en las semanas que siguieron al trágico  evento.

En 2009, se considera que 1’200 niños  fueron objeto de una adopción internacional. En 2010, es decir, después  del terremoto (12.01), esta cifra aumentó a 2’400 niños. ¡Si 37’500  niños fueron reportados para una adopción internacional en el mundo,  esto significa que en 2010, Haití, país con 10 millones de habitantes,  llevo a cabo el 6,4% de todas las adopciones internacionales!

Es una cifra efectivamente alarmante.  Aún más, cuando se conoce la debilidad del sistema de control y la  inexistencia de una autoridad central haitiana, esperando la  ratificación del Convenio de la Haya.  Esto demuestra una constatación  hecha en repetidas ocasiones: el país corre el riesgo de ver sus niños  partir hacia los países de acogida, cuando las exigencias para la  adopción internacional son mínimas y no hay controles rigurosos.  Actualmente Haití es un país en donde los niños se adoptan demasiado  fácil.

Por otra parte, numerosas adopciones se  hacen directamente – sin pasar por el Instituto de Bienestar Social e  Investigación – que debería funcionar como órgano de control, por  contacto entre una familia adoptiva (o una agencia de adopción) y una  guardería, por intercambios directos o indirectos de dinero, para  garantizar los cuidados, el alojamiento y la alimentación del niño  candidato a la adopción. Los importes mensuales asignados son entonces,  muy elevados con relación al nivel de vida local, lo que implica a  menudo la lentitud de las gestiones para garantizar una entrada  substancial a largo plazo. Estas prácticas se conocen y están siendo  combatidas por el IBERS que ya cerró algunas guarderías ; las razones de  estos cierres no solo son atribuibles a estas prácticas sino también a  la insalubridad de algunas instalaciones y a la atención inadecuada de  los niños.

Además, los documentos que deben  permitir la salida del niño de Haití son a menudo falsificados, tanto  aquellos relacionados con la edad y la identidad del niño como las   autorizaciones expedidas por el IBERS. A este asunto se suma la  complicidad de ciertos abogados y la debilidad del registro de  nacimientos. Después del bombo publicitario, algunos países « congelaron » la  situación de la adopción de su propia iniciativa y durante más de un  año, para permitir a Haití de ratificar el Convenio relativo a la  Protección del Niño y a la Cooperación en materia de Adopción  Internacional (1993), de adoptar una Ley nacional sobre la adopción y de  designar una Autoridad central. Estas gestiones no han tenido todavía  éxito, aunque el Parlamento tenga un proyecto de ley, el Estado haya  firmado la Convención de la Haya (02.03.2011) y el Presidente Martelly  haya anunciado su próxima ratificación ; sin embargo, los países que se  habían restringido anunciaron la inminente reanudación de las prácticas  de la adopción internacional.

Esta situación sigue siendo preocupante,  porque en la realidad nada ha cambiado y los niños haitianos no están  protegidos contra las adopciones fraudulentas ; su interés superior no  está garantizado y hay riesgos elevados de venta de niños. Esto es  contrario al Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos  del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la  utilización de niños en la pornografía (2000) del cual la mayoría de  países de acogida hace parte.

Es necesario entonces repetir una vez  más, que cuando un niño es declarado adoptable, éste tiene el derecho de  encontrar una familia de acogimiento ante todo en el país de  residencia. Si no existe otra solución se hará subsidiariamente en otro  país. Sin embargo, ningún derecho de disponer de un niño es reconocido a  las familias que deseen adoptar, cualquiera sean sus motivaciones.  Además es competencia exclusiva del país de origen autorizar la adopción  y no a los países de acogida de hacer presión para obtener los niños.

¡Pensamos que se debe seguir con el del bloqueo de las adopciones en Haití!

Editorial del S. Jean Zermatten del 27 Mar 2012

Fuente: Childsrights.org

 

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