¿Pubertad o adolescencia?

Pretendemos en este artículo aclarar y diferenciar los conceptos que suelen aparecer unidos y que en muchas ocasiones se suelen confundir o mezclar. La adolescencia es un estadio propio de la especie humana: no se han descubierto en el animal conductas específicas de la adolescencia. Y es necesario aclarar que pubertad y adolescencia, no son sinónimos.

Para empezar podemos decir que la adolescencia se puede agrupar en tres periodos:

Adolescencia temprana: 10 a 12 años. Adolescencia media: 12 a 16 años. Adolescencia tardía: 16 a 19 años aproximadamente.

La duración de cada etapa es orientativa, ¡el desarrollo no es igual para todos, ni tiene reglas fijas! La aparición de esta etapa nos desconcierta y la actitud del individuo resulta incomprensible para el adulto.

Llamamos pubertad al conjunto de cambios físicos que a lo largo de la segunda década de la vida transforman el cuerpo infantil en cuerpo adulto con capacidad para la reproducción. Llamamos adolescencia a un período psicosociológico que se prolonga varios años y que se caracteriza por la transición entre la infancia y la adultez. La pubertad es un fenómeno universal para todos los miembros de nuestra especie y la adolescencia, por su parte, es un hecho psicosociológico no necesariamente universal y que no adopta en todas las culturas el patrón de características que adopta en la nuestra.

Según Santiago García Tornel (pediatra): La pubertad se describe como el periodo durante el cual el cuerpo adquiere características adultas, y la adolescencia, el tiempo en que la persona crece y se desarrolla psicológicamente, emocionalmente y socialmente.” En las chicas el periodo puberal (estirón) se inicia a los 9-10 años; en los chicos a los 11-12 años.

No obstante, no todos los individuos viven este periodo madurativo ni al mismo tiempo, ni de la misma forma. Incluso en otras culturas es muy diferente a cómo se desarrolla en la nuestra.

De lo anterior se sigue que es preciso hacer una distinción más detallada entre los dos términos que tienen un significado y un alcance muy distinto. Veámoslo pues con más precisión. Lo que llamamos pubertad se refiere al inicio de la maduración sexual. Es el momento cuando el niño experimenta cambios físicos, hormonales y sexuales, para lograr la capacidad de reproducirse. La pubertad está asociada con un crecimiento rápido y la aparición de las características sexuales secundarias.

La pubertad es un fenómeno de maduración anatómica-fisiológica que separa la infancia de la adolescencia propiamente dichas. Aproximadamente la mitad de la pubertad se superpone a la última parte de la niñez, y la otra mitad se superpone a la primera de la adolescencia.

Como hemos dicho antes, no existen reglas fijas en cuanto a la aparición de esta fase de la vida. Cuando un niño sano tiene entre 9 y 16 años entra en la pubertad. La edad exacta depende de muchos factores de entre los que destacamos la herencia y la nutrición, y si es niño o niña. En promedio, los niños entran en la pubertad 2 años después que las niñas. En ese momento, la glándula pituitaria y el hipotálamo (glándulas endocrinas) comienzan a enviar nuevas hormonas que disparan los cambios de la pubertad.

Los niños de ambos sexos generalmente experimentan incrementos repentinos de estatura y peso. Las hormonas regulan y ayudan a determinar la constitución del cuerpo de la persona (ya sea que la persona tenga tendencia a ser alta o baja, delgada o gorda, etc.).

Las hormonas también son responsables del desarrollo de características sexuales secundarias y el aumento del interés sexual. En las niñas, los ovarios comienzan a incrementar la producción de estrógeno y otras hormonas «femeninas», mientras que en los niños, los testículos aumentan la producción de testosterona.

Las glándulas sudoríparas se vuelven más activas y el contenido del sudor es diferente al de un niño pequeño (comienza a desarrollar cierto olor). Las glándulas sebáceas también se vuelven más activas y puede aparecer el acné.

En este momento la necesidad de la higiene personal se hace obvia y es importante que, tanto niñas como niños que comienzan a madurar, se preocupen por bañarse con regularidad y le presten atención a los demás aspectos de una buena higiene. El adolescente comienza a darse cuenta de que el desodorante o antitranspirante para las axilas es una necesidad. ¡Los profesores lo padecen mucho en las aulas!

Veamos ahora con detalle el periodo de la adolescencia. Se trata de un período de transición entre la pubertad y la edad adulta. La adolescencia, según Jesús Palacios, es la etapa que se extiende, en líneas generales, desde los 12-13 años hasta aproximadamente el final de la segunda década de la vida. Se trata de una etapa de transición en la que ya no se es un niño, pero en la que aún no se tiene el estatus de adulto. Erikson lo denomina una “moratoria social”, un compás de espera. Sin embargo, la adolescencia tal y como nosotros la conocemos en occidente a finales del siglo XX, es hasta cierto punto, un producto de nuestro siglo. Muchos chicos y chicas occidentales a los que consideramos adolescentes pueden caracterizarse por estar aún en el sistema escolar o en algún otro contexto de aprendizaje profesional o a la busca de un empleo estable; por estar aún dependiendo de sus padres y viviendo con ellos; por estar realizando la transición de un sistema de apego en gran parte centrado en la familia, a un sistema de apego centrado en el grupo de iguales, etc, pero que todavía no coinciden con las de los adultos. El adolescente se caracteriza por una introversión y timidez y una profunda desconfianza respectos a los padres. El individuo adopta una actitud reflexiva y crítica. Por otro lado, el mundo exterior despierta una actitud idealista. El impulso sexual estalla ahora con gran violencia.

La adolescencia tiende a considerarse como el período entre los 12 y los 19 años. El adolescente experimenta no sólo el cambio y crecimiento físico, sino también los cambios y el crecimiento emocional, psicológico, social y mental. Durante este tiempo, se espera que los adolescentes sean capaces de comportarse y responder como adultos.

Durante la adolescencia, el individuo desarrolla la capacidad para: Comprender contenidos abstractos, como conceptos de matemática superior, y desarrollar filosofías morales, incluyendo derechos y privilegios. Cuestionar los viejos valores sin sentimientos de temor o pérdida de identidad. Ir gradualmente hacia un sentido más maduro de identidad y propósitos. Establecer y mantener relaciones personales satisfactorias al aprender a compartir intimidades sin inhibición o miedo.

La concienciación sobre la salud y cómo enfrentar la vida, la felicidad y los logros debe comenzar a muy temprana edad en el hogar y continuar durante los años de adolescencia. El buen ejemplo proporcionado por los padres, la participación de los padres en el proceso del crecimiento y la atención a la educación pueden contribuir más a una adolescencia feliz y segura que cualquier otro recurso disponible. Este modo de actuación también es un modelo a seguir por parte de los docentes en el día a día con los alumnos en el aula.

En conclusión, la adolescencia es una etapa de crecimiento hacia la madurez como persona. Se caracteriza además por una formulación de una “filosofía de la vida”, de inestabilidad emocional, maduración sexual plena, generosidad, entrega, altruismo, romanticismo, consolidación del pensamiento lógico-formal, imitación intencional de “modelos”, afirmación de la personalidad.

Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Instituto de Tecnologías Educativas

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