Búsqueda de orígenes

Hemos encontrado esta bonita entrada en el blog «La Maternidad, Toda una Aventura«. Nos gusta porque son las reflexiones de una madre, porque seguro que muchos nos hemos planteado cosas parecidas…

Búsqueda de orígenes.

Llevo tiempo dándole muchas vueltas a este tema y me ha bloqueado bastante. De pronto me ha llovido un chorro de información al respecto que no me esperaba; yo creía que tenía una postura muy clara al respecto pero tanta información ha removido mucho y ha hecho que mi postura pase de un extremo al otro pasando por todas las que podáis imaginar, varias veces.

Cuando pusimos nuestra intención de adoptar encima de la mesa hubo que tomar muchas decisiones, una de ellas dónde hacerlo. Decisiones que se toman desde el más absoluto desconocimiento de lo que adopción es, supone y significa en nuestra vida y la de nuestro futuro hijo.

Yo la adopción nacional la llevaba descartada; la principal razón: el periodo de acogimiento pre-adoptivo me daba miedo, mucho miedo. La remota posibilidad de perder a mi hijo me aterraba. Y no quería pasar por esa prueba.

Siendo claro que sería adopción internacional China fue casi la opción «única». Tenemos amigos muy cercanos con hijas nacidas en China, lo que nos acercaba mucho a este pais. Además, cuando nosotros empezamos era muy rápido y el tiempo nos apremiaba (al final tardamos 4 años, pero eso no lo sabíamos). La inexistente posibilidad de que la familia biológica buscase y reclamase fue otra razón para irnos a China.

Yo entonces no se me ocurría pensar que mi futuro hijo pudiese querer buscar. Cuando digo que empezamos sin tener ni puñetera idea de que va esto, no me desvio de la verdad ni un milímetro: no teníamos ni puñeterísima idea de qué va esto. El tiempo pasa, una se prepara, lee, se informa, habla, escucha…… y los orígenes y la busqueda de éstos se convierte en una realidad que desconocía.

En este punto mi búsqueda de información es sobre como afrontar el no tener ninguna información ni la posibilidad de tenerla. Hasta que hace un par de meses descubrí un blog americano que hablaba de gente que realiza estas búsquedas en China, con toda clase de resultados.

Mi primera postura: tengo que buscar, por si algún día mi hija quiere esa información. Y con mi primera postura mi primer problema: mi marido no quiere ni oir hablar del tema. Si decido hacerlo lo he de hacer sola y «en secreto»…… malo……. pero las neuronas siguen funcionando y sigo dándole vueltas y sigo indagando y buscando información.

No voy a aburriros con todo mi proceso interior, ha sido muy largo; quizá aún sigue en marcha, no estoy segura. Sí deciros que me he centrado en mi búsqueda de información me he planteado muchas preguntas, algunas con respuesta y otras que siguen en el aire, sin una respuesta clara.

Quizá esas respuestas me las tenga que dar mi hija algún día. Sí tengo respuestas de otras personas.

Desde hace poco la de un chico (35 años) adoptado cuando tenía 9 días y vecino mío. Este chico, al que llamaré Juan, tiene una vida plena, con la cabeza bastante bien amueblada, tiene amigos, trabajo estable, un trabajo que le satisface y le gusta….. Juan ha conocido su condición de adoptado desde que tiene uso de razón, no hubo revelación por que no fue necesario.

De pequeño, cuando en colegio rezaban el lo hacía por sus 3 madres, la del cielo (que era la Virgen, es lo que tienen las monjas…..) la de casa y la de la barriga. La monja se escandalizaba, pensaba que sólo se podían tener dos madres, la Virgen y la propia. Pero Juan nunca se bajó del burro y siempre rezó por 3. El niño se hizo adolescente y seguía hablando de su madre biológica. No era una presencia constante, pero él era consciente de su existencia.

Cuando Juan tenía 23 años su padre habló con él sobre la búsqueda de sus orígenes. Le ofreció iniciar esa búsqueda que, por lo que ellos mismos me han contado, no debería de ser muy complicada pues tienen muchos datos. Y Juan siempre le ha dicho a su padre que no le hace falta. Juan se siente completo como está, no siente necesidad de conocer ni de saber. Habla de su madre biológica con respeto, no la juzga. Para él es un tema zanjado: no siente curiosidad, ni necesidad, ni deseo. Y quiero dejar claro que es consciente de su condición de adoptado y de su vida, no vive una fantasía.

Sé que hay muchos adoptados que sí necesitan saber, no ignoro esa realidad y también pesa, y mucho. Es por esa realidad por lo que me planteo tanta pregunta. Y yo tengo la cabeza llena de preguntas.

Está claro que toda persona tiene derecho a conocer sus orígenes pero ¿tengo yo derecho como madre a buscar sin su consentimiento ni su conocimiento? ¿tengo derecho a, en caso de encontrar,  guardar esa información en un cajón para revelarla un día futuro o nunca? ¿tengo derecho a darle esa información desde el momento de saberla aunque no me la pida, aun a riesgo de hacerle daño con ella?¿tengo derecho, también en caso de encontrar, mantener contacto a espaldas de mi hija? o ¿tengo derecho a involucrarla en ese contacto? ¿tengo derecho a responder mis preguntas a costa de ella, de su vida, de su pasado? ¿tengo derecho a presuponer un deseo futuro de mi hija? ¿tengo derecho a tomar decisiones por ella? ¿busco para ella o para calmar mi deseo de saber? A todas esas preguntas mi respuesta es NO.

Uno de los argumentos que esgrimen muchos padres en búsqueda es que ahora hay posibilidades de encontrar y cuando nuestros hijos puedan tomar la decisión no las habrá. A mi no me vale; las oportunidades son únicas, personales. Uno coge su tren cuando pasa. Yo creo que no debo coger un tren que no me corresponde, que no es mío. Si cuando mi hija llegue ese tren pasó, tendrá que asumirlo, igual que tendrá que asumir muchas cosas en su vida, muchos trenes a los que no llegará.

Creo que tengo repuestas a casi todas mis preguntas, pero no sé si esas mismas respuestas de hoy mañana serán otras. Hoy por hoy creo que no tengo derecho a buscar por ella, sin su consentimiento ni su conocimiento. Creo no soy yo quien debe tomar esa decisión. Aún a riesgo de que en el futuro no haya posibilidades de encontrar.

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