Reacciones habituales en la Adopción

En el niño/a adoptado/a

Las características que más adelante se exponen no se dan en todos los niños pero sí que conforman un conjunto de síntomas habitual en esta población. Igualmente la intensidad o forma que pueden tomar dependerá de las características particulares del niño y su historia.

  • Malos hábitos adquiridos (higiene, comer, dormir, etc.) que se deberán corregir progresivamente.
  • Inseguridad, miedos. Temor a otras personas. Rechazo a algún miembro de la familia. Evita hablar de su procedencia. Si es de otro país puede que rechace objetos u personas que le recuerden su origen.
  • Necesidad de estar constantemente con los padres adoptivos. Conductas para llamar la atención de los padres (aunque sea para que lo riñan). Es frecuente que estos niños pongan a prueba constantemente a sus padres en un juego sutil que puede adaptar desde la forma de muestras de afecto incondicional a una trasgresión de los límites.
  • Dificultades para integrarse a entornos institucionalizados (escuela, etc.).

  • Pesadillas y Terrores nocturnos acompañados ocasionalmente de gritos. Despertar frecuente con llamada a los padres.
  • En algunos niños pueden producirse episodios de enuresis y encopresis.
  • A nivel conductual es muy frecuente la hiperactividad, impulsividad y déficit atencional. Pueden surgir, puntualmente, conductas agresivas dirigidas contra otros o hacia él mismo (rabietas, gritos, mordiscos, etc.)
  • Baja tolerancia a la frustración y poca autoestima.
  • Necesidad de acaparar o coleccionar objetos. Olvidos frecuentes, dudas ante ciertas situaciones. No saben exactamente qué se espera de ellos en determinadas situaciones sociales.
  • Finalmente apuntar que en niños adoptados con 2 o más años de edad aproximadamente, y que no recibieron suficiente atención afectiva pueden aparecer estereotipias, balanceos, irritabilidad.

En los padres

Los padres, en ciertos momentos, pueden sentirse desorientados y superados por reacciones y conductas que no acaban de entender. Por regla general, la mayoría de estas conductas, deben ser entendidas en clave emocional. Hemos explicado ya que una de las características de los hijos adoptados es la de poner aprueba constantemente el amor incondicional de sus padres. Ello pueden hacerlo mediante la trasgresión de los límites establecidos por la familia y creando un desasosiego o frustración en los padres. Ante ello surgen las dudas y las preocupaciones. Entre otras, destacamos:

Desorientación. Se pone en duda su capacidad para controlar la situación y si los métodos son los adecuados. Pueden aparecer discrepancias entre la pareja o recriminaciones mutuas tratando de encontrar la mejor solución.

-Culpabilidad. Algunos padres sienten un gran remordimiento cuando castigan al niño. Igualmente se presentan dudas acerca de la intensidad o frecuencia del castigo que es necesario aplicar.

-Desbordamiento. Se describen habitualmente sentimientos de desesperanza y cansancio en torno a dos factores fundamentales y estrechamente asociados. El primero es de tipo emocional y se manifiesta por la necesidad constante de contacto físico, de recibir muestras de cariño, de asegurar, en definitiva, una proximidad emocional para fortalecer su propia seguridad. El segundo factor hace referencia a aspectos conductuales de difícil manejo como pueden ser la hiperactividad, déficit de atención, impulsividad, rabietas, baja tolerancia a la frustración, problemas de relación con hermanos (si es el caso), etc.

-Problemas en la pareja. Como consecuencia de los factores antes descritos, la pareja puede ver alterada significativamente su vida cotidiana y ver frustrados en cierto sentido sus expectativas en cuanto a la adopción. Normalmente, con el asesoramiento adecuado, consensuado estrategias comunes y siendo capaces de entender en clave emocional a estos niños, las cosas mejoran sustancialmente.

Fuente: Blog de Psicodiagnosis

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