¿Influye en la educación el hecho de que un niño sea adoptado?

Todos los hijos, ya sea que hayan llegado a nosotros por nacimiento o por adopción, son diferentes a cualquier otro niño del mundo, están influídos por nuestras costrumbres, nuestros intereses, nuestras debilidades y sentimientos. Asimismo, ellos tienen sus características individuales, que no podemos cambiar.

Algunos padres piensan que para criar un hijo es suficiente usar una gran dosis de amor y otra de disciplina, otros en cambio, consideran que para lograr el éxito en la relación padre-hijo hay un proceso bastante más complejo, que tiene que ver con una cantidad de de conceptos que van surgiendo a medida que el niño crece y se desarrolla y que hay que irlos resolviendo en su momento. De todos modos la aspiración es lograr que los hijos se críen bien y que se transformen en adultos felices y bien adaptados a su realidad social, sin importar si son hijos adoptados o no.

De hecho, muchos padres piensan después de la adopción que no hay diferencia entre criar a sus hijos adoptivos que a otros que lo son por nacimiento. Esto varía un poco según la edad que tenga el niño en el momento que es adoptado y según como fue el proceso de adopción. Si éste fue relativamente rápido y sencillo, se toma la situación con mucha naturalidad, en cambio si fue un proceso largo, posterior incluso a años de tratamientos para tratar de tener hijos propios, el niño llega a una familia muchas veces hipersensibilizada, donde temen educar al niño e imponerle disciplina por temor a que éste no los quiera.

Muchos padres niegan dentro y fuera de la familia la condición de ”adoptivo” de su hijo, por diferentes temores, relacionados con el niño y la sociedad. Sin embargo las experiencias de los adultos adoptados, así como la de los profesionales de la salud, indican que el proceso de la inserción en la familia debe ser muy cuidadoso, ya que el niño en algún momento de su vida se cuestionará su aceptación en la familia adoptiva y también tarde o temprano se preguntará la causa por la que sus padres biológicos no lo criaron.

Estas preguntas, normales y naturales, si son bien resueltas ayudarán a que el niño logre un buen equilibrio consigo mismo y dentro de la sociedad. Es vital ayudarle a comprender las razones de su inserción en la familia y la importancia de su rol en ella, y explicarle las dificultades que atravesaban los padres naturales en el momento de darlos en adopción.

Por el bien del niño, no debemos negar jamás (ni siquiera en forma implícita, por evitar el tema) que nuestro hijo adoptivo tiene una herencia genética diferente de la nuestra. Nuestra comunicación con el niño acerca de la adopción debe ser un proceso gradual, abierto y sin obstáculos. Nuestra meta final debe ser ayudarlo a lograr una armonía total entre su historia genética, su identidad, su herencia étnica y sus nuevos lazos familiares.

Fuente: MundoBebé

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