Educamos en analógico y el niño vive en digital

 

La publicidad y los menores siempre han mantenido una relacióncomplicada. La industria ha tenido que valerse de mucha imaginación para captar la atención de los que ellos consideran «los consumidores más infieles» y combatir las restricciones que la sociedad les ha impuesto para proteger su inocencia.

Por este motivo, hace ocho años, un grupo de publicistas inconformistas decidió crear en Valencia el festival El Chupete para armonizar las relaciones entre los anunciantes y los padres. Su director, Rodrigo Ron, explica por qué, en esta VIII edición que arranca hoy, analizan el fenómeno táctil en los menores –a través de las tabletas y de los «smartphones»–.

–¿Cómo ha variado la relación de los niños con la publicidad a lo largo de la última época?

–En los últimos ocho años, desde que arrancó el proyecto de El Chupete, el mercado está completamente revuelto. Hemos vivido una transformación brutal con la llegada de los canales temáticos y los dispositivos móviles, pero lo que más ha trastocado la publicidad infantil ha sido la desaparición de la publicidad en Televisión Española. Los ojos de los niños siguen fijos en el canal Clan y tenemos que ser más creativos para llegar a ellos. Además, con las nuevas plataformas móviles, el horario infantil ha muerto. Las marcas deben ser más responsables y los padres, con estos sistemas, tienen una nueva obligación: controlar el mal uso.

–El 65% de los niños de entre 8 y 12 años tiene móvil y el 77% de los menores utiliza la tableta para jugar. ¿Controlar el uso de estos dispositivos es el nuevo reto de la sociedad?

–Los padres deben ser conscientes de la importancia de estos dispositivos, no sólo como nuevas formas de juego, sino que también son útiles para educar. Yo soy un gran defensor de la entrada de estos dispositivos en las aulas. Para un niño de hoy es muy extraño estudiar con tiza y papel porque ellos viven en digital y nosotros les estamos educando en analógico.

Creo que el uso de las nuevas tecnologías podría reducir el fracaso escolar. A los menores no les puedes hablar igual que hace diez años.

–¿Existe cierto desfase entre los menores de hoy que usan dispositivos digitales y sus padres?

–En realidad no debería haberlo porque las tabletas son muy intutitivas. Por eso los niños de 7 y 8 años las usan tan bien. Lo cierto es que hoy existe una brecha menor entre nietos y abuelos que entre padres e hijos. Y es que el número de internautas ha crecido mucho entre los ancianos.

–¿Debería definirse una edad límite para el uso de móviles y tabletas?

–Todos los adultos son conscientes de que se deben fijar ciertos límites. Pero lo que ha conseguido esta tecnología es el desarrollo de un nuevo medio de comunicación entre ellos. Ha cambiado la forma de relacionarse, es un nuevo lenguaje que los padres no hablan. En los patios es donde se generan las modas.

Fuente: La Razón

Si este artículo te parece interesante, compártelo.
Facebook Twitter Plusone Linkedin Pinterest