Vivir con un niño adoptado. Retos en la vida cotidiana de un niño adoptado

Un niño adoptado necesita muchas explicaciones, atención y afecto. Cuanto más pequeño es el niño, más fácil es el proceso de integración en la nueva familia. Sin embargo encontrar la normalidad y llegar de nuevo a la vida cotidiana no siempre es un camino fácil para todos. La familia, que anteriormente constaba de dos, tres o cuatro personas, tiene un nuevo miembro de familia y de repente deben integrarse en el sí familiar sus propias necesidades y sus peculiaridades. La rutina diaria de la familia está cambiando y esto no suele producirse sin algunas fricciones.

Paciencia y atención

Dado que el nuevo miembro de la familia ha sido alejado de su antigua família, ya fueran padres y hermanos o un grupo de niños como él y sus cuidadores, requiere un trato especialmente paciente y mucho cuidado. El hijo adoptivo necesitará algún tiempo para sentirse como en casa. Es importante que los nuevos padres no lo abrumen con demasiada gratitud y atenciones excesivas, debe tratarse con cuidado per sin hacer muchas diferencias. Como padres adoptivos hay que ser pacientes. Muchos niños adoptados se aferran enseguida a la nueva familia mientras que otros se distancian completamente. Ambos comportamientos son en su mayoría, debido al temor que tiene el niño de ser abandonado de nuevo.

Es normal que un niño que inicialmente respondió bien y se adaptó, de repente cause o reaccione de froma totalmente distinta creando un conflicto. Esta es una señal de que el niño adoptado se siente seguro y tiene confianza con sus padres adoptivos. Como padres adoptivos debéis tener paciencia, porque su hijo la necesita. Cuando se atreve con un pocpo de confianza, poco a poco se irá abriendo y podrá establecer una buena relación con los demás miembros de la familia.

Si hay un hijo biológico

Cuando en una familia hay un hijo biológico, pueden producirse preguntas incómodas entre ellos. El hijo adoptado puede sentirse como de segundo nivel o incluso al margen o un extraño. El quiere ser igual de «bueno» que el hijo biológico para poder asegurar el mismo estatus ante los padres. Dado que el hijo biológico se parece físicamente a los padres, el hijo adoptivo es consciente que no existe esta semejanza, cada día se ve diferente y puede comprender que es descendiente de otros padres. En una adopción internacional este problema es, por supuesto, más acentuado. Esta situación puede llevarle a pensar, contínuamente, que fue regalado por sus padres naturales, mientras que sus hermanos adoptivos eran lo suficientemente dignos para permanecer con los padres.

Las dudas pueden producirse también por parte del hijo biológico. Puede que el niño dude de el amor que sentís por él: «No he servido a mis padres, o no soy suficiente para ellos, y por eso han tenido que traer a un niño extraño». Los padres adoptivos deben ser conscientes de estas cuestiones y hablar de ello abiertamente con los niños. Incluso antes siquiera de plantearos la adopción, debéis haceros la pregunta de si se puede amar al niño adoptado como propio. Esta pregunta se la plantean muchas parejas que piensan en la adopción.

Entender la cultura y el origen del niño adoptado

Si un niño es adoptado en el extranjero , es importante aprender su cultura para entender su comportamiento y las costumbres que haya podido adquirir. No debe hacerse todo de golpe, el cambio es bastante fuerte para el niño, ya que fue “arrancado” de su entorno que le era familiar. Incluso el conocimiento básico de la lengua materna del niño puede ser muy útil para ganarse su confianza y comunicarse mejor con él desde buen principio. El niño necesita una guía, unas pautas y un aprendizaje, ya que se encuentra ahora en una familia distinta, con costumbres y normas muy diferentes. También es importante dejar que el niño hable acerca de su origen y si quiere y lo recuerda de sus padres biológicos. Incluso si se trata de experiencias dolorosas o tristes, es mejor que las comparta, no de forma immediata, pero si con un poco de tiempo.

La reacción del entorno ante un niño adoptado

Muchas personas reaccionan con escepticismo ante una adopción. A menudo, los padres adoptivos oyen comentarios como: «¿Y si no sale bien?», o cuando hay algun problema en el día a día «Yo sabía que esto iba a suceder.» Para el niño adoptado en estas situaciones la actitud de los padres es lo más importante. Si el niño entiende la adopción como algo muy normal y puede hablar sobre ello abiertamente, da menos importancia a lo que digan los demás. Por lo tanto cuanta más normalidad y apoyo de los padres, más capaz es de lidiar con la hostilidad del exterior.

Los niños cuando llegan a la pubertad sufren problemas de identidad, y en el caso de un niño adoptado el trastorno suele ser mayor. En esta incertidumbre, algunos compañeros de clase podrían influir muchísimo. Si las diferencias de aspecto físico son muy claras con los padres, a menudo las burlas y las críticas son aún mayores. Debes preparar a tu hijo para estos enfrentamientos, que esté tranquilo, seguro y cómodo ante el tema e la adopción. Aunque sucede poco, en el caso de la situación que al niño de un vecino no se le permitiera jugar con el niño adoptado, o que un pariente próximo se comporte con el niño como si éste fuera un «bastardo», como padres debéis buscar un diálogo abierto y terminar con esta situación.

Más información sobre la adopción

Si os estáis planteando la adopción y tienes muchas preguntas sobre el tema, puedes recurrir a nuestro artículo Información para adoptar donde encontrarás algunas direcciones útiles, o directamente a nuestra sección Adoptar.

Fuente: Netmoms

Si este artículo te parece interesante, compártelo.
Facebook Twitter Plusone Linkedin Pinterest