¿Qué niños son susceptibles de ser adoptados?

Son niños que han sido declarados en situación de desamparo y que la Entidad Pública competente en materia de  menores ha resuelto que se encuentran en situación de adoptabilidad, tras haber constatado que sus circunstancias socio-familiares no aconsejan la reintegración en su familia biológica. Siendo la medida más beneficiosa para promover su bienestar y su desarrollo la incorporación plena y permanente en una familia adoptiva.

En el caso de la adopción internacional, cada país tiene una legislación específica que permite determinar cuándo un niño es susceptible de ser adoptado.

En general, estos niños pueden ser huérfanos que no cuentan con familiares que se hagan cargo de ellos, pueden haber sido abandonados por sus progenitores o haber éstos prestado su consentimiento para la adopción, o pueden haber sido separados de los mismos por la autoridad competente tras haber sufrido malos tratos y/o negligencia.

En estos menores concurren en algunos casos, características, condiciones o necesidades especiales que requieren una mayor atención y que determinan que el proceso de selección del adoptante difiera del establecido para el menor sano, procurando que éste ofrezca las mejores condiciones y garantías para asegurar la adecuada integración y óptimo desarrollo integral del menor.      La concurrencia de algunas de las circunstancias descritas a continuación determinan la calificación de un menor como «menor con características especiales»:

  • Presentan discapacidad física, psíquica o sensorial.
  • Padecen enfermedades graves, crónicas, degenerativas o contagiosas.
  • Han manifestado una especial inadaptación social.
  • Presentan características similares a las anteriores, valoradas con informes técnicos y periciales emitidos por la Administración Pública competente.
  • Han cumplido los ocho años de edad.
  • Grupos de tres o más hermanos que están unidos por vínculos afectivos que no aconsejen su separación.

Pero, presenten o no características especiales, los niños susceptibles de ser adoptados han desarrollado una historia previa, en la que participaron de experiencias vividas en otros lugares. Estas vivencias las llevan consigo como el equipaje con el que llegan a su nuevo hogar, y son parte de su historia e identidad. Por ello, la familia adoptiva debe estar atenta a dichas vivencias, porque ayudan a entender la forma de comportarse que tiene el menor, especialmente al inicio de la convivencia, cuando llega a la casa de sus padres adoptivos. Son numerosos los cambios a los que se enfrenta a partir de ese momento, y grandes los esfuerzos que debe hacer para llegar a adaptarse a ellos. De igual modo, esta adaptación puede resultar difícil para la familia que le acoge, ya que deben ajustar su dinámica para responder positivamente a las demandas y necesidades del nuevo miembro. En ocasiones, la tarea se vuelve ardua, dependiendo del grado de adaptación que muestre el nuevo hijo/a adoptado/a.

En cualquier caso, no hay que olvidar que estos menores necesitan una familia que les quiera, les cuide y les comprenda de forma incondicional, hasta que lleguen a confiar de nuevo en las bondades de las relaciones familiares, olvidando así las experiencias negativas vividas con anterioridad.

Además, en el caso de la adopción internacional, deben tenerse en cuenta las características étnicas, raciales y culturales propias del país de origen de los menores, porque, en muchos casos, afectarán en mayor o menor grado en su proceso de adaptación a lo largo de su desarrollo.

Fuente: Consejería de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias

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