Qué es la gamificación y cómo aplicarla a la familia

Seguro que al leer la palabra gamificación pensáis otro término anglosajón más, y es verdad, pero términos como la gamificación son útiles, ya que describen en una sola palabra un concepto, que en español necesitaría más palabras para describirse.

Además, debemos empezar a considerar el mundo como una aldea global, donde el lenguaje se entremezcle y los términos de otros idiomas sirvan para enriquecer el nuestro. Hay que pensar que también palabras y expresiones del español están haciéndose hueco en otros idiomas.

Qué es la gamificación

Al margen de estas reflexiones iniciales, veamos qué es la gamificación.

La gamificación es un término que en psicología viene a indicar el uso del juego para contextos no lúdicos, es decir, para desarrollar e inculcar hábitos, potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos.

En realidad, en el ámbito de la familia, venimos usando técnicas de gamificación desde tiempos muy remotos. Desde el clásico avioncito para que el niño coma el puré, hasta las modernas técnicas psicológicas para modificar conductas infantiles como son los sistemas de puntos, donde se consiguen puntos por realizar conductas correctas y se quitan por hacer las incorrectas, después estos puntos podrán cambiarse por premios o refuerzos.

Actualmente las técnicas de gamificación se están empleando por las empresas más punteras para sus empleados y para sus clientes, con el fin de involucrar y de favorecer un buen ambiente de trabajo por un lado, y para mejorar la comercialización de sus productos por otro.

Pero vamos a ver su aplicación en el ámbito familiar y para ello os voy a brindar un ejemplo muy reciente que yo mismo he puesto en práctica en mi familia: método bouquet. Este método consiste en un juego online en el que toda la familia participa y cuyo objetivo es conseguir que se coma más verdura y más fruta en el ambiente familiar.

En la web se inscribe la familia, y durante 28 días se debe ir completando una serie de misiones y objetivos. Una vez cumplidos se van registrando en la web y se van obteniendo una serie de puntos.

Con este método, bien sencillo, aplicamos la gamificación a una tarea compleja de los padres, enseñar a comer sano, y no os podéis imaginar los buenos resultados que da.

La familia se divierte, los peques están ilusionados porque están jugando con sus padres, además utilizan herramientas tecnológicas como el ordenador e internet que eso les da un plus de motivación, y por supuesto, se consigue el objetivo, instaurar unos buenos hábitos alimenticios. Probarlo, no tenéis nada que perder.

Ventajas de la gamificación en la familia

Con la aplicación de la gamificación a nivel familiar se consiguen una serie de ventajas:

– La mayoría de las veces involucramos a todos los miembros de la familia.

– La tarea o el objetivo se vuelva algo lúdico y divertido.

– Los niños prefieren el juego a las normas puras y duras; el juego es un elemento importante en su desarrollo que les reporta muchos beneficios.

– Los adultos tenemos muchas veces olvidado el juego, y sin embargo, conseguiríamos muchos beneficios si lo aplicáramos más a menudo en nuestra vida.

– Los peques y la familia en su conjunto, interpreta el objetivo como un reto sano, con lo que se mejora en motivación intrínseca, es decir, no solo por el premio en sí, si no por la realización propia de la actividad.

– Se premia el esfuerzo de los miembros de la familia por alcanzar el objetivo, y no por el objetivo en sí.

– Mejora la motivación de los implicados al ser algo en familia y de carácter lúdico.

– Mejoran los resultados, no solo a corto plazo, también son resultados estables.

– Estas técnicas o dinámicas crean una cierta adicción sana, ya que los peques siempre querrán seguir usándolas, y con la imaginación podéis enfocarlas hacia cualquier campo.

La gamificación podéis llevarla a cualquier campo en la familia, desde mejorar la alimentación, hasta modificar conductas o potenciar hábitos de estudio. Para ello debéis establecer como mínimo lo siguiente:

– Nombre del juego y objetivo que se persigue.

– Misiones o tareas que se deben cumplir.

– Premios o puntos por cada misión cumplida y sanciones por su incumplimiento.

– Ranking de puntos de las distintas personas que participan (sin fomentar una competencia excesiva para evitar efectos contraproducentes).

–  Establecer si esos puntos van a poderse canjear por otros premios (materiales, actividades, etc.)

Fuente: psicoglobalia.com

 

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