Las claves necesarias para entender a tu hijo adolescente

 

«La adolescencia es la epata más rica que tiene el ser humano». Así define Fernando Alberca a este tramo de nuestra vida que tiende a asociarse siempre con problemas y conflictos, lo que asegura, es un «verdadero error». Aunque es licenciado en Filosofía y Letras, su amplio bagaje dentro del mundo educativo (Máster en dirección de Centros Educativos, Máster Oficial en Neuropsicología y profesor de la Escuela de Magisterio del Sagrado Corazón de la Universidad de Córdoba entre otros muchos) le ha definido como uno de los mejores expertos del mundo en esta disciplina. Y es que si en algo cree profundamente este profesor es en que la adolescencia es la mejor etapa de todas. «Es la más creativa y donde más conflictos se resuelven», afirma contundente.

El autor de ‘Todos los niños pueden ser Einstein’ vuelve de nuevo con un libro para los padres, ‘Adolescentes. Manual de instrucciones’, donde ofrece las claves necesarias para «pulsar el botón exacto» que necesita todo adolescente.

«A veces se pone insoportable, me desespera, ¡qué ganas de que pase ya esta etapa!», le contaba una madre de un niño adolescente al autor de este libro. Estas frases y otras parecidas son recurrentes a la hora de hablar de chicos en esta edad, pero lo que realmente necesitan los padres, explica el experto, es ser positivos, más pacientes e intentar comprender las necesidades de su hijo. «Exigir, comprender, querer, saber escuchar, ser pacientes y, sobre todo, darles seguridad«, enumera. Porque algo muy importante es saber que el adolescente hace caso a sus padres, «pero nunca se lo va a demostrar ni a reconocer», matiza.

Su mundo interior

La seguridad es algo fundamental que los adolescentes, como su propia palabra indica, adolecen. Necesitan seguridad, confianza en sí mismos y como define este educador, les falta el equilibrio, porque saben que aún no están formados, que están creciendo y que tienen todavía mucho camino por andar.

Por lo general, a esta edad los jóvenes exageran sus defectos y valoran muy poco lo que tienen. «Están continuamente construyendo frases e ideas que nacen y mueren en su pensamiento», asegura el especialista, porque temen que al contarlas puedan ser tachados de poco audaces o poco experimentados.

«Les da miedo la exposición y el juicio de los demás, por ello se recluyen y necesitan además hacerlo, en su cuarto. Allí necesitan sentirse libres y se adentran en su mundo interior y su silencio porque están elaborando su personalidad. Hay que respetar esa necesidad que tienen y no exigirles que hagan cosas de adultos ni tampoco recriminarles que hagan cosas de niños«, expone Fernando Alberca.

Los padres, reitera este experto, deben darle a su hijo la confianza que necesita, enfatizando sus aciertos, explicándole donde ven su inteligencia y su bondad, y entonces, señala el escritor, elegirá bien su camino. Porque si hay un aspecto donde quiere incidir especialmente es que la adolescencia es el momento perfecto para rectificar lo que se hizo mal o no se llegó a hacer del todo durante la infancia. Por ello es necesario, e indispensable, que los padres le ayuden a elegir bien y que le hagan elegir lo antes posible. Estos dos puntos son claves.

«No importa si se equivocan, pues el fallo está en el aprendizaje». Además, matiza, que los equívocos deben producirse durante estos años ya que nuestra red de errores es aún muy amplia. «Cuando somos mayores, las decisiones son más trascendentales y nuestro margen de error es ya mucho más pequeño», apunta, «es en la adolescencia cuando debemos equivocarnos».

Su aspecto

Cuenta el autor de este manual de instrucciones que todos los adolescentes tienen complejos y, sean más o menos guapos, todos son temerosos e inseguros, ya que es un aspecto propio de la edad. Y la razón que muestra el experto es muy contundente: «Tienen complejos porque aún no han experimentado todavía el éxito con esos defectos. A pesar de tener una nariz o un cuerpo que no les guste, pueden tener mucho éxito con otras personas».

Aunque al adolescente desea ser y verse atractivo, también necesita otras cosas. Es más, «un estudio realizado hace algunos años sobre las preferencias de los adolescentes, mostraba que lo que más les atrae es la personalidad y la seguridad del otro. Salir con alguien guapo solo les da prestigio, pero lo que les gusta y les engancha después del primer momento es la personalidad, la seguridad y, en el caso de las chicas, la generosidad.

Para combatir los defectos de sus hijos, o sus miedos e inseguridades físicas, los padres deben no perder tiempo en hablar de esos complejos, y «simplemente exagerar sus puntos fuertes evitando frases del tipo: «Eres muy guapo, a pesar de tu nariz». «En lugar de intentar combatir un defecto, explicarle sus puntos fuertes. Llenar el depósito de todo lo bueno y positivo que tiene», reitera.

Como conclusión, señala que no es un problema sólo de los adolescentes sino de la población general, debido a la cultura actual, el que no se entienda que los defectos son muy atractivos. Se lamenta que es curioso ver como alguien que se somete a una operación de estética pierde su atractivo. «¿Cómo le explicaría a esta persona que justo su imperfección estaba perfectamente puesta?», señala. Y precisamente, ésa es la clave que este educador defiende: «Debemos, como padres, enseñar al adolescente a tener éxito optimizando sus cualidades«.

Fuente: El Mundo

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