En Argentina, «un país atravesado por la apropiación de niños durante la dictadura, la adopción siempre lleva una sospecha de delito», afirmó Mónica Gazpio, co-directora del documental «Alumbrando en la oscuridad», que analiza este fenómeno desde una perspectiva más humana, donde la palabra clave es «aceptación».
En la película, que se estrenará el jueves en Buenos Aires, Gazpio, junto al guionista y documentalista Fermín Rivera («Huellas y memoria de Jorge Pelorán»), hace una deconstrucción de la idea de adopción a través de distintas voces que logra ubicarse, a partir de una sinceridad absoluta, en un punto medio -justo- entre la demonización y la idealización.
«Soy madre adoptiva y en el primer cumpleaños de mi hijo pensé en el dolor de su mamá biológica, porque nadie que cuide un embarazo durante nueve meses puede olvidar la fecha de nacimiento de un niño», aseveró Gazpio en entrevista con ANSA.
Ese día la directora comenzó a gestar la idea del documental, un relato coral, en el que intervienen familias adoptantes, progenitores, hijos adoptivos y especialistas.
«Hay un vacío simbólico relacionado con la humanización de la adopción: ella, la madre biológica, no era peor que un animal por entregar a su hijo, y yo no estaba haciendo ninguna obra de bien al ahijarlo», sostuvo Gazpio.
La película ofrece una mirada más amplia, que pretende desatar los infinitos nudos del prejuicio.
«Todos somos adoptados aunque hayamos sido criados en el seno de nuestra familia biológica», sostuvo la cineasta y docente.
Las voces presentes en el documental dan cuenta de que la maternidad/paternidad es un vínculo que se construye, porque sin la aceptación del otro, sin el deseo de criar, no hay lazo posible entre padres e hijos.
En «Alumbrando…» también intervienen algunos actores que le dan rostro y voz a los relatos de personas que no se atrevieron a hablar frente a las cámaras de dos cuestiones tabú: la admisión de la imposibilidad biológica de concebir y la negación de la existencia del instinto materno.
«El instinto no existe. También se construye: ser madre no es un destino de la mujer sino una elección», afirmó Gazpio.
La realizadora sostuvo que tampoco es viable la categorización que suelen hacer algunas familias para explicarle la condición de adoptados a los niños, que los divide en «hijos de la panza» o «hijos del corazón».
«Todos son hijos de la decisión», subrayó.
El vacío legal en Argentina -que a pesar de distintos esfuerzos aún persiste-; el delito que juega con la desesperación de padres que esperan durante años por la adopción de un niño y la burocracia, cuyo resultado es una enorme cantidad de niños que pasan demasiado tiempo en instituciones antes de hallar un hogar, también son temas abordados en el documental.
Sin embargo, la película centra su mirada en los dos aspectos más importante de la cuestión: en el desprendimiento y en el encuentro con el hijo.
Fuente: ANSA Latina
