La prevención del acoso escolar no se enseña en las aulas

Pasa desde que el mundo es mundo: uno se ríe de la chica gordita, del patoso o del empollón, se aprovecha del más débil o le agrede… Y los demás se suman. O hacen oídos sordos.

La escuela, donde niños y adolescentes comparten tantas horas, es lugar habitual de estas conductas.

«Precisamente por eso, porque es un entorno donde estos comportamientos son frecuentes, resulta más inexplicable que el sistema educativo no prevea, entre las materias que se imparten en las aulas, un capítulo dedicado a la prevención del bullying», objeta Sandra, madre de una menor acosada durante casi un año por un compañero de clase. «Así como las drogas, la sexualidad, los trastornos alimentarios o la violencia machista se han incorporado en los últimos años a los currículos escolares, el acoso está olvidado», corrobora la directora de un instituto.

El hecho es que, una vez más, la realidad avanza más deprisa que la capacidad de reacción de las autoridades, en este caso de las educativas.
La prevención del bullying y, en particular, del cyberbullying (acoso por internet) no es ahora mismo materia de estudio en la escuela. La Conselleria d’Ensenyament intentará paliar esta laguna en la medida de lo posible con la publicación «durante este mes» de un dosier «con información sobre riesgos en internet y sobre el uso correcto de las nuevas tecnologías de la información», indica una portavoz del departamento que dirige Irene Rigau. Será un documento de trabajo, «que se está elaborando desde hace ya un tiempo» y que Ensenyament colocará en su portal de internet Família i Escola. Los centros podrán hacer uso de él de forma facultativa. No como materia obligatoria.

La misma portavoz recuerda además la existencia del acuerdo con los Mossos d’Esquadra por el que un equipo de agentes ofrece desde hace
ya unos años charlas informativas sobre cómo utilizar internet de forma segura a los centros que lo solicitan. Según la Conselleria d’Interior, el pasado 2011 asistieron a estos seminarios unos 110.000 alumnos, el 9% de los 1,2 millones de estudiantes
que cursaron primaria, secundaria, bachillerato y ciclos formativos.

MÓVIL A LOS 6 AÑOS /

«El bullying es un asunto tan grave que conviene abordarlo cuanto antes mejor. En secundaria muchas veces ya es demasiado tarde. No solo para prevenir el acoso escolar, también lo es para evitar la anorexia, la violencia machista o el consumo de drogas», recomienda Cristina Ramírez Roa, profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universitat de Barcelona (UB).

«¿Cómo llega una niña de 10 años a ser acosada en las redes sociales? Pues para saberlo hay que mirar, antes que nada, qué ha pasado antes,
a qué edad tuvo, por ejemplo, su primer teléfono móvil», añade Ramírez Roa. «No es normal que un niño de 6 años tenga ya uno y que se pase
el tiempo del patio jugueteando con él, como he llegado a observar alguna vez», advierte.

La profesora de la UB, que lamenta que la cuestión siga ausente de los centros educativos, aconseja que la prevención del acoso escolar se trate
«como un tema transversal» y pide que los colegios que decidan concienciar a sus alumnos «no se limiten a una simple charla, como ocurre
ahora cuando tratan sobre la sexualidad o los trastornos alimentarios, sino que hagan un trabajo educativo más amplio, con talleres, lecturas
o experiencias en las que participen chicos de diferentes cursos, y en las que los más mayores expliquen el tema a los más pequeños». No estaría
de más, agrega, que los cursos de formación continua del profesorado incorporaran la detección y prevención del bullying. «Los docentes
no saben cómo afrontarlo y acaban por negarlo», avisa.

IMPLICACIÓN DE LOS PADRES /

«Es un problema que hay que atacar desde todos los frentes, evidentemente desde el escolar, pero también desde las familias», agrega Ramírez Roa. La implicación de los padres resulta, en su opinión, un elemento clave. «Lo que ocurre es que a los padres cada vez les resulta más difícil seguir el ritmo de sus hijos: cuando el adulto va, el adolescente ya está de vuelta», admite Àlex Castillo, presidente de la Fapac, la principal federación de ampas en Catalunya. «Nos encontramos ante la terrible situación de tener que advertirles contra un tema, el ciberbullying, en el que ellos nos llevan la delantera», observa Castillo.

El desconocimiento es, según el responsable de la Fapac, el gran enemigo. «Haría falta que alguien nos asesorara sobre aspectos tan básicos
como a qué edad hay que comprarles el móvil, de manera que no sean ni unos analfabetos digitales ni unos asociales», dice.

Fuente: El Periódico de Catalunya

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