Mamás por amor

La paciencia, sabiduría, disciplina y demás cualidades que se necesitan para cumplir el rol de madre están en la mente y el corazón.  Cuando una mujer comprende esto es capaz de saltar todos los obstáculos para disfrutar a plenitud de la maternidad.

¿Puede una madre adoptiva dar de lactar al pequeño nuevo miembro de la familia?, ¿es saludable para ambos o es una forma desesperada de experimentar la maternidad?  En los últimos años, las respuestas a estas dos preguntas han sido motivo de discusión para los expertos en el tema de las adopciones.

Pero eso no es todo, se sabe que al haber una relación estrecha entre dos mujeres, su función hormonal se sincroniza al punto que sus ciclos menstruales coinciden.  De esta manera, madres adoptivas que han estado en contacto con las progenitoras de sus hijos aseguran haber experimentado algunos de los síntomas propios del embarazo.

‘Llegué a sentir náuseas y hasta movimientos, yo viví todo el proceso’, asegura Teresa*, quien después de tres embarazos, involuntariamente interrumpidos, decidió adoptar a un niño recién nacido.

Pero para algunos profesionales en la conducta humana, esta reacción muestra un alto nivel de ansiedad perjudicial para la relación madre e hijo.  La única forma de lograr una relación familiar estable es dejar que el amor entre ambos crezca mediante la convivencia diaria.   ‘Desvelarse por alguna enfermedad, dejar de asistir a alguna actividad, la conversación diaria, los gestos de amor y hasta las travesuras hacen que el amor sea cada día más grande’, explica Haydeé de Guzmán, trabajadora social de la Asociación Guatemalteca para la Asistencia del Niño Desamparado, AGAND.

Lo primero: Sanar el corazón

Para dar amor incondicional a un hijo adoptado es necesario que la mujer supere sentimientos de confusión, frustración, miedo, culpa, vergüenza, ira, tristeza y desesperanza, los cuales caracterizan a las pacientes con infertilidad, según José Luis Neyro, médico y autor del documento Guía para el conocimiento de la esterilidad.

En especial, cuando la presión social es fuerte la ansiedad por tener un hijo y ocultar su origen hace que se pierda el concepto de la adopción, el cual debe priorizar el bienestar del niño.

Hay gente que se ha cambiado de casa y no falta el caso de quien simule físicamente el embarazo, lo cual demuestra una actitud insana y mala concepción de la maternidad y la paternidad, indica Mirna Vargas, directora de AGAND.

Antes de decidirse por la adopción es necesario ‘dejar transcurrir un poco de tiempo, encarar la nueva realidad (…) ir aceptando que no se puede conseguir la paternidad biológica, que nuestro hijo no se va a parecer a nosotros y habremos de explicar a los demás lo que nos ocurre’, se cita en un artículo de la revista Consumer.es

De acuerdo con José Solís, psicólogo del Juzgado Cuarto de Primera Instancia de Familia, ‘el amor de la madre es una afirmación de vida y sólo cuando se brinda sin condiciones es capaz de satisfacer las necesidades de un niño que tuvo o no en el vientre’.

Esto coincide con lo establecido en la nueva Ley de Adopciones, la cual da prioridad al bienestar del menor al seleccionar a la familia adecuada para su adopción, en lugar de exponer los rostros de éstos en una galería de fotos.

Esperar con ilusión la llegada de un infante, independientemente de sus características físicas, es una de las experiencias más parecidas a la gestación.  Teresa supo lo que esto significa desde que recibió la propuesta de adoptar a la criatura, quien aún no alcanzaba el estado de embrión.  La madre biológica le preguntó si estaba dispuesta a recibirlo ‘¿fuera lo que fuera?, ¿venga como venga?’.  Ella recuerda que desde ese momento aceptó el desafío de criar a quien hoy describe como ‘un lindo ser que Dios envió a mi vida y me ha cambiado todo’.

Después de la adopción, Teresa y su pareja de 18 años de convivencia, decidieron casarse.  Su empeño por brindar una buena crianza ha sido reconocido por las maestras de la escuela a la cual asiste su hijo, donde la nombraron ‘mamá modelo’.  Y las palabras ‘es algo maravilloso’, para describir la adopción, se quedan cortas cuando confiesa que está considerando acoger próximamente a una niña.

Fuente: Revista Amiga

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2 comments to “Mamás por amor”
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  1. Yo soy mamá adoptiva. Siempre tuve claro que quería ser madre por la via de la adopción. Yo personalmente nunca necesité ni una «tripa» ni que mi hijo fuera un «bebe». Me dieron un Ci para un niño de 0 a 3 años. Luego me caducó y fué para 1 a 4. Al final me asignaron a mi hijo de 3 años y fuí y soy la mujer mas feliz del mundo. Yo creo que adoptar es fifty fifty. Yo quería ser mamá y había niños que necesitaban una familia. Las piezas del puzzle encajaban ¿no?.

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