Desde que se convirtió en padre en agosto del año pasado con 35 años, Qin Feng (seudónimo), un hombre gay de Pekín, dice que nunca ha sido más feliz. «Cada mañana cuando me estoy duchando, mi hijo se aferra a mi pierna y no deja de llamarme papá. En ese momento siento que un hermoso día acaba de empezar …», escribió Qin en su blog.
Qin nunca se casó, ni tampoco adoptó a su hijo, sino que es padre gracias a la una madre de alquiler. Aunque este método está prohibido en China, se está haciendo cada vez más popular entre las parejas heterosexuales con problemas de infertilidad y en las parejas homosexuales.
«Me encantan los niños, son un pilar de mi casa y vital para mantener una relación», dijo Qin.
Su opinión es compartida por la mayoría de los hombres gays que tienen un fuerte deseo de ser padres en una sociedad cada vez más tolerante con los homosexuales. Aunque algunos han logrado hacer realidad su deseo a través de una variedad de medios, existen fuertes restricciones políticas que dificultan el proceso.
Aventura costosa
Qin conoció a su novio en el año 2000 y se le ocurrió la idea de tener un bebé en 2004. «Hice algunas consultas sobre la subrogación en aquel entonces, pero me di cuenta de que no estaba listo para ser padre en ese momento», dijo Qin al Global Times. Rompió con su novio y luego se reconciliaron en 2010, cuando finalmente decidieron tener un hijo.
A continuación, comenzó a recopilar información sobre las agencias de vientres de alquiler y encontró una sede en Pekín. La agencia se encargó de todo el proceso, incluyendo encontrar a una donante de óvulos u a una madre de alquiler.
La práctica de la subrogación está prohibida en China desde que el Ministerio de Salud publicara una circular en 2001, pero no está prohibida por ley. «Aquí muchas cosas se pueden resolver con dinero», dijo Qin, quien añadió que este campo de la medicina no está del todo desarrollado y regulado. Qin gastó alrededor de 500.000 yuanes (80.000 dólares de EE.UU) en el proceso completo hasta que el niño nació.
Pero ese no fue todo. En China, una persona no se convierte en un verdadero ciudadano hasta que obtiene un registro familiar, o hukou, que requiere una serie de documentos, entre ellos un certificado de matrimonio y de nacimiento. Para superar estos obstáculos, Qin gastó 60.000 yuanes en los servicios de otra agencia.
Aunque prohibida y costosa, la práctica de la subrogación se está convirtiendo en la principal vía de los hombres gay deseosos de completar la familia. Qin dijo que muchas parejas se pusieron en contacto con él para pedir consejo después de enterarse de su éxito, y algunos ya han seguido sus pasos.
«En un ambiente legislativo dominado por regulaciones enfocadas al mundo heterosexual, los homosexuales están tratando por todos los medios hacer realidad su derecho a ser padres», dijo Guo Xiaofei, profesor de la Universidad China de Ciencias Políticas, que se especializó en el estudio de los derechos de los homosexuales.
«Este tipo de aventura es arriesgada, pero el sistema no es inmodificable. Los esfuerzos de estos precursores contribuirán a la adaptación de las leyes «, dijo Guo Global Times. «Aunque es ilegal, es una ilegalidad leve».
Algunas parejas también están recurriendo a otros países para evitar cualquier riesgo potencial. En una investigación anterior del Global Times, algunas agencias de Estados Unidos confirmaron que varias parejas de chinos gays y hombres gays sin pareja han usado sus servicios.
Leyes parciales
Para los padres de personas homosexuales en China, el tema de la orientación sexual trae una preocupación más pragmática. Un hombre de Fujian de apellido Wu, quien se enteró de la orientación sexual de su hijo de 25 años el pasado mes de octubre y decidió apoyarlo, dijo al Global Times que él y su esposa temen que no haya nadie que cuide de su hijo cuando sea viejo.
«Esperamos que pueda tener un hijo en algún momento», dijo Wu, «No me importa la tradición de tener descendencia de sangre para continuar la línea familiar, pero sí nos preocupa que nadie vaya a cuidar de nuestro hijo en el futuro».
Wu dijo que se enteró de la práctica de la subrogación por Internet, aunque siempre lo consideró como algo ilegal y fuera de su alcance económico. «Pensé que la adopción sería la vía ideal, pero también carece de apoyo político».
El sentimiento de Wu lo comparten muchos de los padres que descubrieron que sus hijos era gays, ya que la adopción por parte de homosexuales «carece de apoyo legal».
Una declaración emitida en 2005 por el Centro Chino de Adopciones, órgano autorizado por el gobierno para la adopción internacional y nacional, dejaba claro que los candidatos homosexuales no podían solicitar la adopción».
El documento también aclaraba que las parejas homosexuales no son reconocidas ni están bajo el amparo de las leyes de China, y que la homosexualidad estaba clasificada como una «enfermedad mental» hasta 2001. Asimismo, concluía con que la homosexualidad viola «la moral social».
Desde que se le cerraron las puertas a las parejas homosexuales, una posible salida sería la solicitud de adopción por parte de un solo hombre. Sin embargo, los obstáculos son similares para estos casos. Por ejemplo, la Ley de Adopción de China estipula que si un varón sin cónyuge quiere adoptar a un niño, la diferencia de edad entre adulto y niño adoptivo tiene que tener de al menos 40 años.
Tal vez la experiencia de adopción de Dong Zhou sea una esperanza para otros. El hombre gay de 46 años, adoptó a un niño de 13 años de un orfanato local a principios del año pasado, pero no reveló que era homosexual, lo que no era necesario.
Zhou dijo al Global Times que el procedimiento fue muy complicado, pero no tan difícil como él esperaba. Sin embargo, admitió que criar a un niño de esa edad le dio más de un dolor de cabeza.
«Teniendo en cuenta la tradición china que favorece a los varones sobre las niñas, es muy difícil adoptar un bebé sano», dijo A-Qiang.
Las estadísticas de la Oficina de Asuntos del Menor en EE.UU. muestran que de los 66.630 niños adoptados por familias estadounidenses entre 1999 y 2011, el 90,7% eran niñas.
«Si nuestras leyes de adopción fuesen claras, habría considerado esta vía, que también beneficia a los niños», dijo Qin, quien expresó su preocupación por el sistema de adopción caótico.
La superación de muchos obstáculos es sólo el primer paso para tener un hijo. Criar y educar un niño en una sociedad que discrimina a los homosexuales es un problema aún más grande.
Qin disfruta ahora de una vida en familia con tres miembros. Al igual que las parejas heterosexuales, él y su novio dedican tiempo a educar a su hijo de 14 meses. «No me importa que la gente hable de nosotros», dijo.
La influencia de esta mentalidad arraigada no puede ser completamente ignorada. La mayoría de las parejas contactadas por Global Times se negaron a hablar, alegando que querían privacidad para sus hijos y en concreto, tenían miedo a los comentarios negativos del público.
Qin tiene su propia experiencia al respecto. Cuando llevó a su bebé a su ciudad natal, sus padres parecían estar muy encariñados con el nieto, pero la madre no quiso que el padre enseñara el niño en público por el pueblo por miedo a recibir críticas de los vecinos.
«Ella se preocupa demasiado por lo que piensen los demás», dijo Qin, «Pero yo entendí sus preocupaciones y quise respetar su punto de vista».
Lo que no esperaba es que su madre se opusiera a que el bebé recibiese el apellido del novio, segundo padre del bebé.
En la actualidad, muchos piensan que los niños criados por padres del mismo sexo tendrán problemas de personalidad cuando sean adultos, a diferencia de los que crecen en una familia tradicional. Algunos piensan incluso que un niño criado por dos homosexuales tiene más posibilidades de crecer con la misma tendencia sexual.
«Creo que cada padre es una combinación de amor paterno y materno, y la gente debe darse cuenta de que la orientación sexual viene de nacimiento y no aparece con la edad «, dijo Qin.
«Este supuesto es ridículo», dijo Fang Gang, un sexólogo y sociólogo de la Universidad Forestal de Pekín. «Una familia llena de amor es el mejor ambiente para que crezca un niño, y el amor no tiene nada que ver con el sexo de los padres».
Fuente: Spanish People Daily