700 niños en todo el país están en proceso de adopción. Muchos están destinados a vivir hasta los 18 años en los centros de acogimiento, pues aún persiste el racismo en el Ecuador y los padres adoptivos prefieren niños blancos y de 0 a 1 año de nacidos.
Al igual que Talita, quien a penas tiene dos meses de nacida y fue abandonada por una madre adolescente, Valeria de tres meses, también está a la espera de unos padres que quieran adoptarlas, ellas solo conocen una cosa en la vida: el abandono.
Actualmente en la casa hogar San Vicente de Paúl, en Quito, 73 niños esperan por un hogar. Muchos incluso pasan años a la espera de padres adoptivos. Así lo asegura Catalina Salgado, directora del centro de acogimiento.
Salgado comenta que aún persisten las diferencias en Ecuador, pues el 90% de padres adoptivos prefiere siempre recién nacidos de 0 a 2 años de edad, máximo. También existe una inclinación hacia las niñas, así como la preferencia por los de raza blanca.
Los pequeños de este centro van creciendo en medio del cariño de quienes los cuidan y de quienes le dedican su tiempo, aunque nada ello reemplace a una familia de verdad.
Actualmente, un niño huérfano ecuatoriano debe esperar una media de entre dos años a dos años y medio para que el Estado le entregue a sus nuevos padres, esto según el Instituto de la Niñez y Adolescencia (INFA).
Uno de los frenos principales del proceso está en la investigación sobre la situación legal, social y psicológica del niño, y sobre la posibilidad o no de ser adoptado por familiares, un paso que en este momento tarda años.
Sin embargo, el INFA se propuso reducir ese tiempo a seis y nueve meses.
Fuente: Ecuavisa
