270 hijos adoptivos piden conocer a la madre biológica desde 2010

Son pocos expedientes, pero aumentan. 271 personas (adoptadas o extuteladas) han acudido a la administración catalana para descubrir sus orígenes biológicos desde 2010. Este año las peticiones superaron el centenar. La cifra incluye a las madres que decidieron renunciar a sus hijos. Pasados unos años, quieren dejar constancia de quienes son y cuándo y dónde dieron a luz. En ocasiones también dejan cartas escritas.

La legislación española garantizó, en 2007, el derecho de los adoptados a saber sus orígenes biológicos frente a las antiguas normativas que protegían el anonimato de los progenitores que los daban en adopción. La ley catalana, las autonomías tienen competencias sobre la materia, recoge el principio y establece que pueden solicitar a la administración los datos. Un derecho que recoge el código civil catalán.

La Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) es la que presta este servicio gratuito. Hoy la consejería de Bienestar Social y la Diputación de Barcelona firman un convenio por el que la primera cede a la segunda la gestión del servicio para los datos en ficheros bajo titularidad provincial. Hasta 2010 este organismo ya lo hacía, previa autorización del juez, para los casos de los nacidos en la Maternitat. De media, 80 expedientes anuales desde 1991. En ocasiones, la búsqueda de orígenes revela irregularidades en el proceso de adopción. La DGAIA, que no precisa cuántos son, los remite a la fiscalía.

El convenio afecta a las adopciones nacionales. En los últimos tres años 2.068 menores han sido adoptados en Cataluña; la gran mayoría extranjeros (1.697), pero solo se han tramitado cuatro peticiones de búsqueda de orígenes en otros países, según Bienestar Social. “La oferta de niños nacionales es superior a la demanda, porque son mayores de 6 años cuando la mayoría quiere a bebés. Este año solo 40 mujeres han renunciado a sus hijos en el hospital”, explica Josep Lluís Ortuño, director de DGAIA.

El servicio incluye la búsqueda de datos y, si hay voluntariedad, el contacto entre las partes en una mediación que durar meses. “Buscar no siempre significa encontrar”, explica el psicopedagogo Javier Ledesma, de Lavozdelosadoptados.org. “Es fundamental preparar al solicitante ante cualquier eventualidad sobre el acto de renuncia materno, porque se trata de una necesidad para completar su identidad”.

Fuente: El País

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