Lazos de amor

ESTILO: Lazos de amor - Adopciones

Sobre el proceso de adopción en Perú…

Su risa me demuestra que es una niña feliz y la expresión del rostro de sus padres, cuando me cuentan todo lo que pasaron para tener a Tali entre sus brazos, me confirma que realmente la esperaban con mucha emoción.

No fue un embarazo tradicional, la pequeña Tali no creció en el vientre de Rocío, pero desde el primer momento en que la tuvo entre sus brazos, con solo 10 meses de nacida, se ganó su corazón. La quiere tanto o más que si la hubiera traído al mundo.

«Cuando llega el hijo a tu vida, ahí empieza la maternidad. Tali forma parte de mi vida, si falta ella no me siento completa. La relación madre e hijo es igual si ha nacido de tu vientre o si lo adoptas. Quieres lo mismo, sufres lo mismo», me cuenta Rocío.

Un nexo especial. Los lazos familiares no solo provienen de la sangre, también nacen del corazón y se hacen fuertes con el día a día. Adrián y Rocío lo confirman. Él fue quien le planteó la idea de adoptar. Al principio ella no quería, tenía miedo, muchas dudas y, sobre todo, no quería sufrir otra pérdida, no lo soportaría.

Hacer los trámites les fue fácil. Como parte del proceso de adopción asistieron a varios talleres, así lo manda la Dirección General de Adopciones (DGA), eso ayudó a Rocío a despejar sus dudas.

Quienes conforman la DGA se involucran mucho con la pareja adoptante, los acompañan en el proceso, desde que ingresan su solicitud hasta el momento del encuentro con el hijo anhelado. «Los trámites son cortos, la espera de que seas asignado es otra cosa, eso puede durar varios meses. Nosotros esperamos 7 meses», cuenta Adrián.

El encuentro. Para conocer a Tali, Rocío y Adrián viajaron al Cusco, su bebé los esperaba en un albergue. Rocío cuenta que ambos tenían miedo que la niña llore y no hubiera empatía entre ellos. «Ya conocíamos a Tali por fotos, ella también nos había visto a través de fotografías. Los primeros días solo nos permitían sacar a la niña por unas horas, para que los tres nos acostumbremos, luego de una semana nos la llevamos a casa».

Tali tiene cinco años, ella sabe que es adoptada, así se lo aconsejaron los psicólogos a Rocío y Adrián, eso es para que vea la adopción como algo natural. Ahora, Rocío y Adrián están pensando en adoptar otro hijo, Tali quiere un hermanito.

El proceso. Eda Aguilar, directora de la DGA, explica que el proceso de adopción tiene 4 etapas. La primera es de preparación y capacitación, los interesados en adoptar -sean esposos o personas solteras- participan de talleres y se les entrega una constancia, así, están listos para la segunda etapa, que implica la evaluación psicológica, social y legal.

«Si pasa la evaluación psicosocial se le declara favorable para presentar su expediente. Luego viene la evaluación legal, con ello se declara apto y entra al sistema, a la lista de espera», explica la doctora Aguilar.

En la tercera etapa se prepara a la familia adoptiva y al niño. Se hace la presentación, se evalúa la empatía y luego la experiencia de la convivencia. En la cuarta etapa se realiza el acompañamiento post-adoptivo, que dura tres años para las familias nacionales y cuatro años para las familias extranjeras.

La adopción es otra manera de formar una familia, la ilusión de la «dulce espera» y la emoción del primer encuentro con el hijo, son los mismos que en un embarazo. Si bien no todos tenemos la posibilidad de traer vida al mundo, sí estamos en la capacidad de dar amor y protección a un niño que solo busca tener mamá y papá.

Fuente: http://diariocorreo.pe

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