Para Chus, familia es pertenencia y unión

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Durante sus primeros 12 años de vida, Chus, como cariñosamente le dicen a Jesús López Calel, lloró todos los domingos. Estos eran los peores días de su vida, cuando las familias iban de visita al Orfanato Casa Aleluya, en Guatemala, y nadie llegaba a saludarlo.

Abandonado desde recién nacido, Chus creció y vivió en el orfanato hasta hace un año, cuando cumplió 18 y tuvo que irse de su «hogar» porque nunca fue adoptado.

Aquellos «días de familia» de los domingos, saberse completamente solo, sin padres ni hermanos, abuelos, primos o tíos, le hicieron vivir verdaderas pesadillas. «Me dolía ver a otros niños felices con las visitas», recuerda.

Fueron años de frustraciones, ira y desconsuelo que, por fortuna, superó gracias a la atención y la educación que le brindaron en Casa Aleluya. «No sería lo que soy sin un orfanato como este, que me inculcó una vida sana y tan bendecida por Dios. Un lugar de amor y de igualdad de oportunidades para todos», precisa Chus hoy a sus 19 años de edad.

Por su experiencia sabe bien que lo que todo niño necesita se encuentra en la familia. «Yo creo que «familia» es una palabra muy fuerte que significa unión y es más fuerte que cualquier cosa en el mundo. Infortunadamente no todos los niños crecen con una familia. Yo no tuve esa oportunidad».

En su opinión, no importa si los padres son perfectos o no. «Lo que la mayoría de los niños desea es tenerlos y seguirlos como ejemplo. Los padres deberían ser el mejor ejemplo para los niños».

La esperanza de encontrar a su familia biológica no se ha perdido. Sueña, en forma reiterativa, con el momento en que pueda ponerle un rostro a su mamá, y cuando le escuche de viva voz, las razones que tuvo para abandonarlo.

«Chus es un sobreviviente. Es la voz de miles de niños en Guatemala que esperan la oportunidad de hallar un hogar. Infortunadamente la mayoría no tiene esperanzas», afirma la canadiense Leceta Chisholm Guibault, madre adoptante de un guatemalteco y un colombiano, y miembro regional del instituto de Recursos Internacionales para Orfanatos.

Casos como los de Chus van se han multiplicado en Colombia debido a la Sentencia 844 de la Corte Constitucional que tiene frenados los proceso de adopción.

AUNQUE ESTÁ SOLO, NO DEJA DE SOÑAR

Más conocido como Chus, Jesús López Calel acaba de graduarse como contador y sueña con estudiar Comercio Internacional en una universidad. Por el momento trabaja en Ciudad de Guatemala para sobrevivir, completamente solo. En el orfanato Casa Aleluya aprendió inglés y se ha fortalecido porque como afirma: «todo lo que te produce dolor te hace más fuerte».

Por LILLIANA VÉLEZ DE RESTREPO

Fuente: elcolombiano.com

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