Madres biológicas, madres adoptivas y mamás mamás

maternidad

Interesante reflexión del blog: «Con letra clara, Apuntes de una consultora argentina dedicada a la escritura»

Madres biológicas, madres adoptivas y mamás mámás: un caso espinoso de duplicación del sustantivo

Un tema delicado si los hay, pero que no es ajeno a la lengua y que no deja de ser interesante.


En una conversación, Victoria, una adolescente que conozco, quería contar una anécdota acerca de la madre adoptiva de una de sus amigas, pero quería dejar bien claro que el lazo familiar entre esta madre y su hija no era biológico, entonces resolvió el problema de esta manera:

-No es la mamá mamá.
-¿Querés decir que es la madre adoptiva?
-Sí, no es la mamá verdadera, es la mamá… del cariño.

En español, existe este interesante uso de la duplicación de un sustantivo para significar que algo es verdadero, de calidad o cabal. No es tan frecuente hoy como otros recursos (tal vez se utilice más el prefijo «re», como por ejemplo en «es un re auto«), pero es un uso lícito.

El significado profundo de «no es la mamá mamá» es que, para la hablante, la madre adoptiva no es una madre en el sentido completo de la palabra. Y lo confirma más adelante, cuando aclara que no es la madre «verdadera».

Lo sé, miles de madres, padres e hijos adoptivos podrían contradecirla y convencerla de lo contrario. Analicemos, de todas maneras, qué cuestiones semánticas hay detrás de esta duplicación de sustantivos y del uso del adjetivo «verdadera».

La manera de nombrar la realidad es una manera de construirla y recortarla. Así, los diferentes idiomas del mundo ven la misma realidad pero la recortan de manera diferente. Lo mismo ocurre con los recortes que hace cada persona.

En este caso, esta adolescente entiende que la palabra «madre» está relacionada exclusivamente con el parto, por lo que una madre adoptiva puede ser madre por criar a un niño, pero no por tener hijos propios, es decir, le falta algo. Cuando la adolescente elige con dificultad el nombre «mamá del cariño», similar a otras expresiones, como, por ejemplo, «mamá del corazón», intenta reflejar el origen de ese vínculo, que no ha sido físico, sino afectivo y emocional. También, el uso de la palabra «verdadera» en esta conversación se debe a cuál es su concepto de maternidad, que para ella se relaciona con lo biológico, por lo que una madre que no ha parido a un hijo no puede ser «verdadera».

Sin embargo, este recorte personal de la realidad, la manera que tiene cada ser humano de nombrar lo que lo rodea, puede ser diferente del de otros. Allí es cuando los conceptos profundos de las personas chocan y pueden lastimar. En este ejemplo, decir que una madre adoptiva no es verdadera es decir a la vez lo contrario: que es una madre falsa. ¿Y es el concepto de maternidad algo que puede ser falso o verdadero?

Entiendo que no (si no estamos hablando de tests de ADN). Para los hijos adoptivos, sus madres adoptivas son tan reales y verdaderas como ellos mismos. Y el lazo que los une es tan real y verdadero como que uno más uno es dos. De hecho, ellos mismos llamarían «mamás mamás» a sus madres, independientemente del lazo biológico o afectivo que los una a ellas.

Mi conclusión es que los recortes pueden resultar interesantes, pero también discriminatorios y hasta hirientes. No sé cuál es el caso de distinguir entre las madres biológicas y las adoptivas. En definitiva, son todas madres. Todas son mamás mamás.

 

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