Sobre el lenguaje de la resiliencia – Blog recomendado

resiliencia infantil

Presentamos y recomendamos un nuevo blog titulado «Resiliencia Infantil«, que en palabras de su autora, psicóloga especialista en Atención a la Familia e Infancia,  «responde a mi necesidad de comunicar, de compartir y de seguir aprendiendo». A continuación un extracto de la entrada titulada: El lenguaje de la Resiliencia

Una sonrisa de complicidad, una mirada con ternura, una frase de agradecimiento. Ese es el lenguaje de la resiliencia:
La aceptación incondicional de su persona aunque su conducta sea inadecuada. No existen los niños “malos”, solo existen niños buenos que presentan comportamientos disruptivos o inadecuados, muchas de las veces fruto de su propia experiencia de maltrato o de la incompetencia parental para ayudar a regular sus emociones y conductas.
La escucha activa de sus argumentos sobre lo que piensan o hacen. Todo importa en el niño. Da igual que parezca una tontería el motivo por el que pelearon en el patio, o si pensamos que se equivocan cuando verbalizan que no quieren saber nada de su papá porque no le viene a ver todo lo que él o ella quisiera. Sentirse escuchado tiene una función de alivio.
El reconocimiento de su dolor por las situaciones duras que atraviesan, aunque para otros carecen de importancia. El dolor de un niño puede venir de diferentes razones algunas de ellas incomprensibles e incluso inaccesibles a padres y profesionales. Seguramente ellos mismos a veces no saben si quiera porqué se sienten mal.
El compartir y celebrar sus éxitos cada vez que nos encontramos. Un aprobado después de una mala racha académica, su nueva habilidad para atarse los zapatos, haber resuelto un problema con una amiga. Cada éxito es una gota de lluvia que mantiene viva e incrementa la base de su autoestima.

La aportación de orientaciones para que su vida sea al menos un poquito más feliz. Si se dan de forma adecuada los niños aceptan los consejos cuando vienen de personas significativas y no de manera impositiva: “quizás puedas hacer…”, “se me ocurre que en tu situación otro niño haría…”, “prueba a ver si esto funciona y me lo cuentas el próximo día a ver cómo ha ido”, etc.

Fuente: Blog Resiliencia Infantil
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