La adopción es una verdadera oportunidad para la familia, tanto para madre como para padre, en la que a mas de ser pareja, que por cierto la han disfrutado como tal, quieren que su familia tenga descendencia en la que se plasmen los más sublimes deseos de padres a hijos, a diferencia de los padres biológicos demanda mucha preparación en todo sentido, pero sobre todo los padres se tornan generosos para consigo mismos puesto que se regalan para si una opción de vida.
La relación padre-hijo es sumamente personal. Los hijos ya sea que lleguen a nosotros por nacimiento o por adopción no son iguales a ningún otro niño del mundo, están influenciados por nuestras costumbres y nuestros intereses, por nuestras fortalezas y nuestras debilidades, incluso por nuestros hábitos inconscientes, en paralelo ellos desarrollan sus propias características, en las que no podemos incidir.
Independientemente al tipo de relación que tengan padres e hijos se debe procurar que se fusionen de la manera más positiva, norma y afecto, para que crezcan como niños felices y bien adaptados que a-posteriori dará adultos con las mismas características.
En una investigación que se realizó en los Estados Unidos evaluaron el comportamiento de un grupo de adolescentes adoptados desde pequeños, comparándolo con el de sus hermanos y hermanas biológicas (este estudio apareció en la publicación «Creciendo Adoptado» Benson 1994). Esta investigación demostró que la mayoría de los jóvenes adoptados eran tan felices y se encontraban tan bien adaptados como sus herman@s no adoptivos y que gozaban de una buena salud mental. El estudio reflejó que incluso en diferencias raciales significativas entre padres e hijos los resultados eran los mismos.
Se destacó, que la premisa para que estos resultado sean alentadores estaba acentuado, en familias que pusieron todo su contingente para brindar a sus hijos seguridad, confianza, estabilidad, un amor incondicional y sobre todo el reconocimiento de la importancia de sus experiencias y sus relaciones anteriores (derecho a conocer su origen).
Debemos tomar en cuenta que la adopción añade un nivel extra de complejidad a la vida de la persona adoptada. Cualesquiera que sean los factores que le anteceden permanecen latentes como una herida no cicatrizada que algún momento saldrá a flote a través de cualquier manifestación y la forma cómo el niño resuelva su problema dependerá de cuan perteneciente se sienta a su núcleo familiar.
Los padres deben ayudar a sus hijos adoptivos a comprender tres aspectos fundamentales:
- Todo niño adoptado ha nacido de una mujer y esta sufrió cuando debió renunciar a él.
- Las acciones o decisiones de los padres biológicos no son culpa de los niños.
- Cada persona adoptada tiene una historia social y genética diferente a la de los integrantes de su familia adoptiva, sin embargo es un miembro importante de esta.
Los sentimientos que se generan en el niño adoptado, cambian ( no son estáticos) con el tiempo a medida que crecen y se desarrollan. Este es un tema que la persona que lo vive, regresará consciente o inconscientemente, una y otra vez a lo largo de su vida, es decir algo está rondando en su pensar y en su sentir.
Las familias adoptivas llegan con características propias:
- La mayoría de padres adoptivos han lidiado con las tensiones emanadas de la infertilidad y evaluaciones psicológicas para ver si califican como padres adoptivos.
- Muchos de ellos han gastado considerables sumas de dinero y gran cantidad de tiempo a fin de adoptar un niño.
- Los padres adoptivos deben luchar con la decisión de cuándo y dónde revelar a sus hijos la condición de hijos adoptados.
- También deben preocuparse por la situación de sus hijos al enfrentar a la familia y a la sociedad.
- Deben enfrentar preguntas acerca de la identidad e historia genética y en algunos casos con los recuerdos de pasadas relaciones familiares.
Fuente: centropsicologicolapiz.blogspot.com.es
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