Identidad Étnica

multiculturalidad

Extraído del blog Adopción por Dentro

Ayudar a nuestros hijos nacidos en otras culturas a desarrollar lo que los expertos llaman la «identid étnica» de una forma que englobe su país y cultura de orígen requiere mucha reflexión, planificación, tiempo, energía, a veces dinero y a veces la necesidad de estirarnos bastante en cuanto a salir de nuestro círculo de siempre para conocer gente nueva.

¿Y para que sirve todo ese esfuerzo?

El antropólogo Noruego Anund Brottveit ha estudiado el desarrollo de la identidad étnica de Noruegos adoptados desde Corea del Sur y Colombia*. Les eligió por ser personas de color que destacan en ese país de rubios con ojos azules. Quiso saber como fue el desarrollo de la identidad étnica de estas personas en un entorno cultural y racial tan homógeneo como es Noruega (contrastando con países como E.E.U.U. o Cánada donde hay algunas regiones con tanta diversidad).

Pienso que sus conclusiones con útiles para nosotros aquí en España, porque por mucho que pueda parecer que esta sociedad está cambiando para ser más multicultural, todavía es un país bastante homogénea. Los hijos que adoptamos de China, Etiopía e India, por ejemplo, llaman la atención de todos.

Antes de exponer las conclusiones de Brottveit quiere recordar que nuestra identidad tiene muchísimas facetas (género, profesional, sexual…) y que nuestra meta en cada faceta de la identidad es conseguir madurar hasta el punto de sentirnos bien con ese aspecto de nosotros mismos. Esto es, sentirse bien como mujer o hombre, sentirse bien con su identidad profesional, con su orientación sexual etcétera. Para hacerlo, hay que integrar numerosos factores.

Las personas de piel blanca no suelen tener mucha problema con su identidad étnica en el occidente, pero las personas de color tienen que reconciliar su estatus de minoría – con todo lo que eso significa. Nuestros hijos de color pueden crecer en un entorno totalmente blanco, pero la sociedad les tachará automáticamente de minorías – personas que pertenecen a otros grupos o subculturas de la sociedad. Puede que no sea justo, pero es así.

Así que en muchos casos, nuestros hijos tendrán que buscar la manera de integrar en su identidad el hecho de que la sociedad les ve como personas que pertenecen a un grupo minoritario – y también que muchas veces los demás les verán a través de los mismos estereotipos que generan las personas de su país de orígen.

Bueno, entonces, como en todas las facetas de la identidad de un ser humano, una persona puede o no conseguir una identidad étnica madura, sana, equilibrada e integrada. En las palabras de Brottveit, la identidad étnica puede llegar a ser «seguro» o «inseguro». Como veremos, nuestra meta como padres será fomentar algún tipo de identidad étnica seguro en nuestros hijos.

Brottveit ha identificado tres identidades étnicas distintas – cada uno con su versión seguro (maduro/sano) e inseguro (inmaduro).

Identidad Uni-Étnica

Los que elegimos criar a nuestros hijos únicamente como españoles sin ningún contacto con su país o cultura de orígen, podríamos conseguir lo que Brottveit vió en su estudio noruego como una identidad uni-étnica – es decir, que se sienten únicamente españoles. Dentro de esta categoría, Brottveit descubrió que había personas adoptadas en Noruega que habían conseguido desarrollar una identidad uni-étnica madura – estaban muy satisfechos con esta forma de verse a si misma. Luego habían los que se veían únicamente como Noruegos, pero que eran inseguros, que se molestaban con los comentarios de los demás y cualquier forma de cuestionar su pertenencia al grupo.

Identidad Doble-Étnica

Según Brottveit, algunas personas adoptadas de otros países consiguen integrar aspectos de sus dos culturas de tal forma que se sienten muy satisfecho con quienes son. Luego otros giran hacía su país y cultura de orígen en busca de algo para agarrarse casi como una forma de rechazo hacía el país de su adopción. Esto sería una identidad doble-étnica insegura porque no se sienten realizados con su contactos culturales; es como si estuvieron intentando llenar algún vacío, como no hubieron encontrado su sitio en la vida y esperaron encontrarlo «allí» – donde sea.

Identidad Cosmopolita

La personas que desarrollan esta identidad tienen una actitud relajada hacía lo que significa la étnicidad y la pertenencia cultural. Los que se encuentran seguros – o realizados – están abiertos a nuevas influencias y ven a la identidad personal como más importante que la identidad étnica. Los menos seguros acaban sientiéndose perdidos y sin raíces.

Mi opinión personal es que el carácter de nuestros hijos tendrá algo que ver con el tipo de identidad étnica que desarrollan. Pero creo que nuestra influencia es clave. Es obvio que una niña Coreana que fue adoptada por una familia de orígen escandinavo del estado de Minnesota (E.E.U.U.) – algo muy común – y quien no tuvo ningun contacto con su cultura de orígen tendría muchas más posibilidades de desarrollar una identitad uni-étnica (sintiéndose 100% americana en este caso) que los hijos de Brad Pitt y Angelina Jolie (que me imagino que sus hijos desarrollarán una identidad cosmopolita).

¿Podemos simplemente elegir el tipo de identidad étnica que queremos fomentar?

Por supuesto que sí – pero ojo. No creo que cada una de las tres identidades étnicas mencionadas aquí tienen la misma posibilidad de llegar a ser «maduras» y conducir al niño hacía la plena felicidad.

Por lo que he leído, sospecho que hoy en día la identidad uni-étnica es arriesgada. Hay demasiado escrito sobre como se siente un niño que crece aislada de su cultura de orígen. No todos los niños reaccionan igual y es allí donde entra el carácter de cada uno, pero en general parece importante para el buen desarrollo de la identidad que el niño tenga acceso a todo lo que le pertenece, y sus orígenes forman una parte muy importante de su patrimonio personal. Si uno sabe que la sociedad le considera Chino, pero ni sabe lo que quiere decir «ser Chino» difícilmente puede comprenderse a si mismo. Es como falta piezas claves de su puzzle.

Claro que habrán los que incluso luchan contra los esfuerzos de sus padres adoptivos por inculcar su cultura o idioma (sobre todo durante la adolescencia cuando lo más importante es ser igual que los demás). Dirán que son españoles y punto. Pero incluso ellos pueden llegar a un momento de su vida en que todo cambia y se sienten la necesidad de desarrollar aún más su identidad étnica. Más vale darles toda la información, experiencia y contacto posible – sobre todo antes de llegar a la adolescencia. Lo más probable es que algún día nos lo agradecerán.

Sigo con mis propias opiniones y reflexiones. Pienso que hacer un esfuerzo por desarrollar una identidad doble-étnica es mejor que el uni-étnico, pero creo que hacer el salto a la cosmpolitana es la que da mayor seguridad al hijo.

Está claro que el país de orígen tendría un lugar muy especial y privelegiado en nuestros hogares y que nos enfocaríamos en la experiencia de su cultura. Sin embargo, los adoptados adultos han observado una y otra vez como ha sido imposible prepararles para lo que realmente significa ser coreano, por ejemplo. Vuelven a su país de orígen sólo para sentirse como extranjeros y extraños.

Así que pienso que bucear en la cultura de orígen del hijo es clave, pero también abrir las puertas al mundo entero para superar todas las barreras y ayudarles a ver que son (y somos todos) ciudadanos del mundo es lo más útil.

No todos podemos costear viajes por el mundo entero, pero hoy en día con Internet y con documentales fantásticos, podemos empezar a abrirles los ojos desde pequeños. Cada vez hay más libros (como los de Unicef, por ejemplo) que enseñan como viven niños y familias en todo el mundo. También es importante ver juntos las noticias – a la medida que van creciendo – para ayudarles a interpretar lo que ven de la forma más «cosmopolita» posible.

Como veréis, a mi la identidad cosmopolita me parece una buena apuesta. Creo que si se desarrolla de una manera sensata para que el hijo se siente sus raices con firmeza a la vez que explora el mundo y desarrolla una actitud de las más abiertas, tiene más posibilidades de madurar en este aspecto. No tengo los recursos de los Brangelina para viajar constantemente por el mundo con una tropa de tutores personales a mi mando, pero creo que hay muchas formas de conseguir la misma meta.

¡Hay que ser creativos!

Fuente: Blog Adopción por Dentro

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