El papel de las familias de acogida en el proceso de adopción

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En Chile, el caso del carabinero José Luis Perales, que solicitó la adopción formal de una niña de la que era guardador (familia de acogida), despertó el debate sobre el proceso de adopciones en Chile y el rol de esta determinante figura.

La semana pasada, el caso del carabinero José Luis Perales que solicitó la adopción formal de una niña de la que era guardador, despertó el debate sobre el proceso de adopciones en Chile y el rol de esta determinante figura. Según cifras del Servicio Nacional de Menores (Sename), existen 1.754 familias guardadoras en Chile, que están encargadas de cuidar a los pequeños mientras terminan de concretarse sus papeles de adopción.

Muchos afirman que es imposible para un cuidador no encariñarse con el niño que tiene a cargo, por lo que se despierta un deseo natural de querer conservarlo. Sin embargo, la petición de Perales fue negada ya que la regulación del Sename impide explícitamente a las familias guardadoras adoptar a los menores a su cuidado.

Quienes defienden el sistema actual, afirman que el mismo permite que el niño se integre a una dinámica familiar antes de ser entregado a sus padres adoptivos, promoviendo su sano desarrollo cognitivo, afectivo y vincular.

Se trata de un grupo familiar con la capacidad de entregar afecto y cuidados a un menor por un tiempo determinado, fomentando su desarrollo integral en un ambiente cálido y armónico, otorgándole además los cuidados necesarios para su normal desarrollo. Al ser parte de este núcleo familiar, desarrollará la confianza que será la base para la formación de vínculos sanos y estables en el futuro, ya sea para reinsertarse en su familia de origen o para establecer los lazos familiares propios de una familia adoptiva.

El rol de las familias guardadoras es esencial para el desarrollo del vínculo de apego que generará el niño con su familia definitiva al contar con una figura estable desde los primeros momentos de su vida.

Además, la Fundación Chilena de la Adopción se hace cargo de accionar el proceso de desvinculación del niño de su guardadora y la vinculación con su familia definitiva.

Para ello, se realiza el proceso de “Vinculación Asistida”, que consiste en una serie de visitas progresivas por parte de los padres adoptivos a la casa de la familia guardadora, para que el niño comience a “familiarizarse” con estas “nuevas personas” de a poco y guiado afectivamente, en un ambiente de tranquilidad y afecto positivo.

Finalmente, es importante destacar que quienes pretendan ser cuidadores deben realizar un completo proceso de capacitación, además de ser sometidos a exámenes psicológicos que avalen aptitudes óptimas para el cuidado y crianza de niños.

Fuente: noticias.universia.c

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