La solidaridad de las familias palentinas no ha sufrido recortes. 34 niños saharauis llevan ya más de una semana en la capital y en distintos pueblos de la provincia, disfrutando con sus padres de acogida de un verano lejos del elevado calor y las precarias condiciones de vida en los campos de refugiados instalados desde hace décadas en Argelia, en pleno desierto del Sahara. Ahora, ya han podido ver el sol de Castilla, pero a su llegada pudieron constatar el fuerte contraste, porque aterrizaron en Valladolid en un lluvioso 19 de junio y llegaron a Palencia, agotados y destemplados después de más de veinte horas de viaje para algunos, todavía con lluvia y frío. Las familias, previsoras, les esperaban con ropa de abrigo.
El grupo de menores son los acogidos a través del programa Vacaciones en paz, mediante el que niños saharauis pasan los meses de vacaciones en España. En Palencia son dos las asociaciones que se ocupan de gestionar la acogida con las familias interesadas y de financiar el viaje. Los recortes económicos han hecho mella en este programa y ello se plasma en número de niños que han podido venir a Palencia, 34 menores, frente a los 36 que estuvieron el año pasado.
La que más se ha visto afectada es la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, cuyas familias han acogido a 18 niños, seis menos que el año pasado. «No es que falten familias, tenemos seis disponibles, pero es que los ingresos de la asociación no llegan para financiar los viajes», explica Jesús Merino, presidente de este colectivo.
Puntualiza que el desplazamiento desde los campos de refugiados supone cerca de 800 euros por cada niño. «La situación es complicada, ha subido el precio de los pasajes, y aunque seguimos recibiendo ayudas institucionales, muchos ayuntamientos las han retirado». Merino detalla que la Diputación, el Ayuntamiento de Palencia y otros de la provincia, incluso pequeños, como los de Astudillo, o Villanuño, mantienen la aportación.
Ante los recortes, la asociación ha optado por renunciar a traer algunos niños antes que aplicar el pago de una cuota a las familias, como han hecho otras agrupaciones, en Valladolid o Salamanca, por ejemplo, según indica Merino.
En cambio, la Asociación Palentina con el Pueblo Saharaui ha podido aumentar el número de niños acogidos. Son 16 los que han llegado este verano, cuatro más que el año pasado, lo que supone un paulatino aumento en los últimos veranos. Frente al descenso de ayudas, la asociación ha incrementado esfuerzos, según afirma la presidenta, Anna Cristina Aparicio.
Laresponsable de este colectivo explica que han compensado la reducción de fondos institucionales –aunque también se mantienen las ayudas de la Diputación y de algunos ayuntamientos– reforzando las actividades de recaudación que realizan a lo largo del año, como venta de lotería, concierto, desfile de moda, exposición, baile y teatro solidarios, entre otros. «Si hay familias, traemos a los niños. Separarles dos meses de las condiciones en que viven es fundamental», subraya la presidenta de la asociación, que tampoco es partidaria de establecer el pago de una cuota. Explica que en los propios campos de refugiados viven peor, puesto que también se ha reducido la ayuda humanitaria que se envía a los campamentos del desierto.
La incorporación de un miembro más a la familia no supone una carga económica excesiva, según afirmaron las madres consultadas. Es verdad que «lleva sus gastos, porque les vestimos de arriba a abajo, ya que vienen con lo puesto, y luego siempre regresan cargados, enviamos toda la ayuda que podemos, como declara Carmina Simón, abuela de acogida de una de las niñas.
Los menores pasan revisiones médicas, así como dentales, de vista, y de oídos, pero, para ello, como destacan las dos asociaciones, cuentan con la colaboración gratuita de la clínica dental Dentomedic y las clínicas oftalmológicas Baviera y Romos ópticos, al igual la sanidad pública.
Fuente: elnortedecastilla.es
Relacionados:
