- Lo principal es la expresión afectiva. Muchos niños adoptados han vivido una fuerte carencia afectiva y demandan más conductas de amor.
- Intentad con vuestra conducta que cada día se sienta más seguro emocionalmente.
- Los hábitos de conducta negativos que presente se han de corregir con paciencia y sin prisas, de forma progresiva.
- Que no os vea con excesiva preocupación o frustración. Esto fomentaría sus conductas negativas.
- No discutáis ni expreséis vuestras discrepancias respecto a su educación delante de él.
- No os irritéis con él, habladle siempre con calma y tranquilidad.
- Cuando ponga a prueba vuestro amor como padres, con conductas negativas, no le falléis, necesita esta seguridad afectiva de vosotros.
- Intentad siempre observar la conducta de vuestro hijo, analizando no lo que hace, sino “porqué lo hace”.
- Le entenderéis mejor, si analizáis sus conductas problema en clave emocional.
- Educarle desde el principio en las tareas y normas de la casa, para que no las evite.
- Estimularle adecuadamente, para que aumente su capacidad de aprendizaje.
- Reforzad sus conductas positivas, para que tenga más seguridad en sí mismo.
- Desde el principio esforzaos mucho en que tenga muy claros los límites y las normas de la familia.
- Los niños con hiperactividad, impulsividad (TDAH) o con conductas desafiantes (TND), tienen que aprender desde el principio qué peligros y riesgos conllevan sus conductas, ya que no tienen miedo al peligro.
- Si presenta temores y miedos, fomentad siempre el que los supere con vuestra ayuda. Decidle que es algo normal y que lo va a superar en poco tiempo.
- Reforzad su sociabilidad y enseñadle habilidades sociales.
- Esforzaos mucho en que la relación con los demás hermanos sea muy buena.
- Evitad hablarle de su procedencia, que sea un tema de conversación sólo cuando él lo saque.
- Cuando intente llamar vuestra atención con conductas negativas, no le prestéis atención o corregirle sin enfadaros.
- Reforzad siempre en él la integración en el colegio, en el grupo de amigos, en actividades deportivas o lúdicas.
- Si tiene pesadillas o terrores nocturnos, no durmáis con él, ayudadle a superarlo animándole todos los días a enfrentarse él solo a la situación.
- Desde el principio, enseñadle a renunciar a cosas y a aplazar premios. Esto aumentará su tolerancia a la frustración.
- Si tiene olvidos frecuentes, enseñadle a llevar una agenda, a apuntar todo lo que tiene que hacer, a ser organizado.
- Es importante que él sienta que responde a lo que esperáis de él, a vuestras expectativas.
- No le gritéis, porque con gritos conseguiréis el efecto contrario al deseado.
- Si intenta culparos, no os dejéis manipular, explicadle las causas o el por qué.
- El castigo siempre tiene que ser proporcional a su comportamiento.
- Si estáis cansados o desbordados por su conducta, no le culpabilicéis.
- Que sea frecuente vuestro contacto físico con él.
- Cuanto más afectivos seáis con él, mayor será su seguridad.
- Intentar comprender, normalizar y regular sus emociones y sus conductas, para mejorar su estabilidad emocional y afectiva.
- Ante conductas problemáticas podéis aplicar la técnica del tiempo fuera o del coste de respuesta (pérdida de algún premio o privilegio: ver la televisión, jugar a la Play, ir al cine, etc.)
- Cuando esté agresivo o tenga una rabieta, dejadle sólo, y cuando se calme hablad con él con mucha calma.
- Habladle siempre de sus conductas no calificándole con adjetivos despectivos.
- Cuando se porte bien, es importante que os vea alegres, esto le hace sentirse más cercano emocional y afectivamente de vosotros.
- Elegid el momento más tranquilo para hablar con él sobre sus conductas problema y alteraciones emocionales.
- Potenciadle siempre para que exprese sus sentimientos. Esto aumenta su adaptación, su autoestima y su seguridad.
- Con vuestros razonamientos, el niño irá interiorizando las normas y valores positivos, para corregirle en lo que sea necesario.
- El niño tiene que percibir que “sabéis escucharle”. A cada pregunta que os haga debe recibir una respuesta clara y entendible para su edad.
La familia y la escuela son dos espacios que potencian y posibilitan el florecimiento y desarrollo de los menores. Con la ayuda adecuada muchos niños que lo tuvieron todo en contra, superan sus dificultades y se convierten en adultos felices y competentes.
Fuente: http://www.phonosdonostia.com Centro especializado en logopedia y psicoeducativa