Orientaciones educativas para familias adoptivas

familias

· Trabajar la revelación, los orígenes y la historia personal: es muy importante para el desarrollo del sentimiento de identidad personal y de su ajuste psicológico. Las familias deben ser conscientes de que si no revelan sus orígenes a sus hijos/as es muy posible que lo descubran accidentalmente minando el sentimiento de confianza dentro del sistema familiar.

· Hablar de su adopción con naturalidad y de forma adecuada a la edad del niño/a. Las familias deben haber comenzado a hablar con sus hijos sobre la  adopción entre los dos y los tres años. Son los padres quienes deben iniciar la comunicación sobre la adopción siempre y cuando no surja espontáneamente el tema.

· Permitir un espacio emocional positivo en la vida del niño/a para su familia de origen: permitir que hable de ellos, que exprese sus emociones de manera natural y ayudarle a regularlas.

· Evitar los prejuicios y reproches relativos a su familia de origen: no es conveniente insistir en los aspectos negativos de la familia de origen; en la
primera infancia puede producir reacciones inadecuadas de culpabilización excesiva.

· Comprender que el niño/a pueda sentirse avergonzado o dolido por haber sido abandonado. Facilitar la expresión de estos sentimientos.

· Facilitar el sentimiento de pertenencia a la familia: que la niña o niño sienta que su nueva familia se mantendrá a su lado de manera incondicional.

· Facilitar el ajuste con sus nuevos hermanos y hermanas: cuando los haya resulta enriquecedor para la niña/o la relación cotidiana con sus hermanastros/as.

· Evitar la sobreprotección: es lógica una respuesta de protección sobre todo cuando los niños/as proceden de un ambiente poco favorecido; es importante tener en cuenta que es bueno para ellos un cierto nivel de exigencia y de fomento de la autonomía adecuados a su edad y nivel de desarrollo.

· No utilizar la condición de adoptado como “cajón de sastre” explicativo de cualquier problema que presente el niño: es una hecho que se constata dentro de la propia familia y en el entrono social y escolar que no añade nada a la posible solución del problema que se haya planteado.

· Planificar con un asesor familiar un programa de estimulación del desarrollo psicológico: en aquellos casos en los que ha habido deprivaciones  intensas conviene diagnosticarlas adecuadamente y apoyar su recuperación con un programa realista de estimulación.

· Mantener contacto o asociarse con familias que tienen una situación similar a la propia: la comunicación con otras familias puede resultar satisfactoria y facilitar la búsqueda de recursos de diverso tipo para apoyar el proceso de crianza.

· Tiempo para adaptarse: los niños necesitan tiempo para manejar sus incertidumbres y sus sentimientos. Un apego sólido y estable no se construye en unos días, ni en pocas semanas. La mayoría de los niños adoptados evolucionan bien en sus relaciones de apego y se adaptan bien a su familia. No obstante, el grado de dificultad variará en función de lo difíciles que hayan sido las experiencias vividas por los niños antes de su adopción.

EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea:  Dr. Enrique Arranz Freijo, Dra. Ainhoa Manzano Fernández, Dr. Juan Luis Martín Ayala, Dr. Fernando Olabarrieta Artetxe, Nuria Galende Pérez
Universidad de Sevilla: Dr. Alfredo Oliva Delgado, Dra. Águeda Parra Jiménez, Lucía Antolin Suárez.

ASESORAMIENTO TÉCNICO
University of Cambridge. Faculty of Social and Political Sciences: Dr. Michel Lamb

Fuente: Sitio Web del Ayuntamiento de Bilbao. Bilbao.net

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