Súper amigos para los niños sin familia de Colombia

ICBF

Cuál es el objetivo?

La idea es que el mentor pueda compartir con él o con ella tiempo y mucho afecto, contribuyendo así con el desarrollo de sus competencias para una vida autónoma. No es necesario hacer aportes económicos, pagar sus estudios, asumir su manutención ni adoptarlo.

¿Cómo puedo participar?

Comuníquese con la línea gratuita del ICBF 018000 918080 o ingrese a la página web www.icbf.gov.co Allí encontrará la imagen del Plan Súper Amigos, donde podrá inscribirse para participar en uno de los encuentros con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que buscan padrinos o mentores.

Tenga en cuenta que los candidatos deben ser familias domiciliadas en Bogotá y Medellín, con estudios  técnicos o profesionales, solteros o casados mayores de 25 años, sin antecedentes judiciales, con estabilidad emocional y disponibilidad para dedicar mínimo 10 minutos  a la semana para llamar al niño y  1 hora al mes para visitarlo.

El proceso de conocimiento con el niño, niña, adolescente o joven es progresivo y su nivel de compromiso puede ir desde visitas en la institución, hasta vacaciones escolares. En la medida en que el mentor y el niño generen confianza en la relación, ambos podrán decidir hasta dónde avanzan.

Es muy importante no crear falsas promesas, tener expectativas acordes con el programa y estar dispuesto a asumir un compromiso real para no generar situaciones tristes ni para el niño ni para el padrino y su familia.

¿Cuánto tiempo dura el acompañamiento del padrino o mentor?

Como sucede con cualquier relación afectiva, se espera que el acompañamiento dure mucho tiempo y que en la medida en que esa relación crezca, el niño y el padrino puedan decidir juntos por cuánto tiempo quieren extender el acompañamiento.

Lo ideal es que el apoyo perdure hasta que el niño se convierta en un adulto y  pueda integrarse a la sociedad de manera independiente. Es decir, que se convierta en una relación de apoyo en el largo plazo.

De cualquier forma, el niño necesita que su padrino tenga dedicación y que pueda visitarlo al menos una vez al mes en la Institución; tiempos mayores dependerán de que el niño quiera, de que haya encontrado satisfacción en esa relación y de que él y su padrino decidan solicitar el incremento de las visitas. En ese momento el Defensor de Familia evaluará con el equipo psicosocial cómo va esa relación y determinará si es posible intensificar los tiempos de visita.

Si el niño y la familia llegan a un punto de su relación en la que quieren hacer un proceso de adopción, es posible que lo hagan.

¿Tiene el Plan Súper Amigos antecedentes en otras experiencias?

Sí. Durante varios años el ICBF ha desarrollado programas similares, cuyas experiencias y aprendizajes se recogieron en el ‘Plan Súper Amigos’. Uno de los cambios principales tiene que ver con la forma de preparación de las familias. El ICBF incluyó una formación virtual, sin dejar de lado la formación presencial, para tener en cuenta la vida de las personas que se vinculan, quienes probablemente no tienen todo el tiempo disponible para asistir a todos los talleres presenciales.

Lo que se busca es que con la ayuda de los equipos psicosociales, las familias y los niños puedan cultivar su relación para que crezca, se fortalezca y genere beneficios para las dos partes.

¿Quiénes son los niños y adolescentes que tendrán la posibilidad de tener un padrino o mentor?

El ICBF ha seleccionado ya a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes candidatos para el ‘Plan Súper Amigos’. Son niños desde los diez años, algunos de ellos con condiciones de discapacidad, que han crecido sin una familia y que han expresado su deseo de participar.

También hay jóvenes que ya cumplieron los 18 años y están estudiando en instituciones de educación superior, pero están muy solos y necesitan el acompañamiento de una familia que se convierta en un soporte para ellos al salir del Programa de Protección e iniciar su vida independiente.

¿Porque el ICBF te convoca a participar?

El ICBF presta servicios de protección a 11.000 niños, niñas adolescentes y jóvenes que ingresaron al Instituto por situaciones de negligencia, maltrato, abuso sexual o abandono de sus progenitores, y que son atendidos en instituciones de protección y hogares sustitutos. Algunos de estos niños, niñas, adolescentes y jóvenes pertenecen a grupos de dos o más hermanos o tienen algún tipo de discapacidad.

Los niños que están en el Sistema de Protección tienen garantizados los derechos de salud, educación, alimentación y recreación, pero les falta una figura afectiva cercana a ellos, con la que puedan compartir sus temores, sus expectativas o sus planes de vida. Lo que se busca es darles seguridad afectiva, que sepan que nunca van a estar solos o que a pesar de no contar con una familia biológica ni adoptiva, tienen una familia que se preocupa por ellos de manera individual y que apoya su proceso en el Instituto.

La experiencia indica que cuando un niño, niña o adolescente adquiere la seguridad que le genera la certeza de importarle a alguien y de ser amado por alguien, empieza a tener avances visibles en su formación educativa, en su desempeño, en sus relaciones con el otro.

Las ganancias emocionales para los niños y adolescentes que tienen un mentor son muy evidentes. Por ejemplo, niños que son muy agresivos aprenden a ser sociables o niños muy temerosos logran ser más seguros y confiar en otros.

Pero los buenos resultados no son solo para los niños. Muchas familias que ya están participando en el Plan, también nos reportan cambios significativos en la dinámica de sus relaciones y en cada uno de sus integrantes.

Ser el padrino mentor de un niño es una experiencia capaz de transformar la realidad social de una familia; cambiar si visión del mundo, de todo lo que pueden dar y de todo lo que pueden aportar a la vida de otras personas.

¡Creer en los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, vale la pena. Vincúlate ya!

Fuente: Cromos.com.co

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