Los Niños Adoptados

AEPA

La adopción se define, como ‘el hecho voluntario y legal de tomar y tratar al hijo de otros padres como hijo propio’. Se trata de un fenómeno que está creciendo en España de forma espectacular.

    Hay varias razones que lo explican; por una parte, la esterilidad de las parejas está aumentando, calculándose que un 40% de padres adoptivos pertenece a este grupo.

    Por otro lado se está produciendo una redefinición del concepto de familia que va más allá de la tradicionalmente formada por los padres y sus hijos biológicos.

Esto hace que hoy en día cualquier núcleo familiar, incluso considerando como tal una persona sola, pueda plantearse adoptar un niño para satisfacer sus anhelos de paternidad o maternidad. Así por ejemplo, es bastante habitual el caso de mujeres que llegan a la edad media de la vida sin haber conseguido una pareja lo suficientemente sólida como para plantearse la aventura de tener un hijo en común y que por otro lado disponen de una situación vital muy propicia para emprenderla ellas por sí mismas, no renunciando por tanto a su aspiración de ser madres.

    Otro grupo social en ascenso lo representan las parejas homosexuales, que si bien oficialmente se enfrentan todavía a muchas trabas legales para una adopción, en la practica a menudo logran constituir núcleos familiares con hijos a su cargo.

    También crece el número de familias con hijos propios y por tanto con experiencia ya como padres que, guiados básicamente por generosos sentimientos altruistas y desde el convencimiento íntimo del enorme beneficio que reporta para un niño abandonado crecer en el marco de una familia, se lanzan a la aventura de emprender una nueva paternidad integrando al nuevo hijo/a en el seno de su núcleo familiar.

    En cuanto al perfil de los niños que actualmente se están adoptando en nuestra zona, se ha producido un incremento extraordinario de las adopciones internacionales en perjuicio de las nacionales, ya que al mejorar el nivel de vida y las condiciones sociosanitarias en nuestro país, afortunadamente cada vez es menor el número de niños españoles candidatos a ser adoptados. Los principales paises de origen de los niños son, por este orden: China, Este de Europa (Rumania, Rusia y Ucrania) y Latinoamérica (Colombia, Ecuador, Perú).

    Hay que admitir que, en cualquier caso, los niños adoptados constituyen un grupo de riesgo tanto para patología pediátrica general como para psicopatología, y en ese sentido las estadísticas son muy claras. De hecho, los pediatras están actualizando su información y protocolos de actuación para atender específicamente las necesidades y posibles carencias de estos niños procedentes de países, en ocasiones lejanos, y con unas condiciones sociosanitarias deficitarias en general.

    El hecho de que el niño adoptado tenga una historia previa no compartida con su nueva familia (los llamados ‘niños con una mochila a sus espaldas’) suele generar dudas e inseguridades ante cualquier problema que presente su hijo. Por otro lado los sentimientos y actitudes de los nuevos padres se hallan, en parte, condicionados por lo duro que les resulta el proceso de la adopción. Así suelen señalar como los aspectos más difíciles, por una parte la longitud y complejidad del trámite, en el que los padres pueden llegar a sentirse evaluados y hasta ‘juzgados’ en un proceso que les causa ansiedad y hasta cierto punto es intrusivo, y por otra, las expectativas no cumplidas en cuanto a la personalidad del niño, su conducta o la reciprocidad que esperan en el cariño.

    Por todo ello es fácil comprender que a la hora de ‘ejercer’ de padres, algunas veces aparezcan sentimientos de temor para disciplinarlos, inseguridades, e incluso una cierta tendencia a desligarse de la propia responsabilidad por la conducta de los hijos (‘Si me permitieron adoptar, debo ser un buen padre’).

    Sin embargo, hay muchas razones para el optimismo, pues la gran mayoría de los niños adoptados logran una buena adaptación y no hay mayor satisfacción para un padre que la de ver a su hijo crecer superando las dificultades en el seno de esa nueva familia que con tanta ilusión formaron un día.

Recomendaciones que suelen funcionar

Tolerancia ante los propios sentimientos contradictorios, ante el nuevo hijo

(No enjuiciarse a sí mismos por esos sentimientos, sino aceptarlos).

Negarse a ser rechazado por el niño.

Desarrollo de habilidades para encontrar felicidad ante pequeños avances.

(Abandono de la idea de ser padres perfectos y de conseguir un niño perfecto).

4. Flexibilidad en el papel parental (entre la pareja: ‘relevarse’…)

5. Apropiación del papel de padres.

Tomarse las cosas con humor, desdramatizar y no olvidar el ‘autocuidado’.

 

Dra. Mª del Mar Clavera Roger
Psiquiatra Infantil
ALICANTE

Fuente: APEPA. Asociación de Pediatría Extrahospitalaria de la provincia de Alicante. www.apepa.org

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