El convenio con Rusia podría firmarse en enero

RUSIA

Las 17 familias de Tarragona que estaban a la espera de poder adoptar un niño o niña deRusia y cuyos procesos de adopción se habían paralizado han visto abrirse tímidamente la esperanza.

Una modificación legislativa impuesta por el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó hace unos meses la paralización de todos los procesos de adopción provenientes de países en los que el matrimonio homosexual está legalizado. La homófoba intención de Putin era impedir que el pequeño pudiese acabar en el seno de una familia gay. Esto provocó que, desde el pasado 29 agosto, los juicios de adopción estuviesen totalmente paralizados.

El Tribunal Supremo ruso exigió, para poder continuar con las adopciones, que se firmasen convenios bilaterales entre Rusia y cada uno de los países en que el matrimonio gay es legal. El convenio entre España y Rusia podría firmarse a principios de enero.

Una reunión en octubre constató ciertas diferencias, porque Rusia quería garantizar que los niños adoptados, a los que sigue considerando rusos al menos hasta los 18 años, no podrían ser asignados posteriormente a otra familia, homosexual o monoparental. Además, también quería que la medida fuera retroactiva, y aplicarla a los niños que ya estaban en suelo español, lo que las entidades colaboradoras para las adopciones internacionales no podían garantizar.

Otra reunión hace dos semanas con intercambio de enmiendas parece que ha terminado de encauzar el acuerdo. La directora del Institut Català de l’Acolliment i l’Adopció (ICAA) de la Generalitat, Núria Canal, augura que el Consejo de Ministros podría validar el convenio antes de fin de año y entonces sería el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, o el embajador español en Rusia quienes firmarían el convenio durante enero.

Pero aún queda una última duda pendiente. Rusia podría exigir que el convenio firmado sea ratificado por el Congreso y el Senado españoles, lo que retrasaría un poco más la aprobación final. Por eso las familias se han puesto en contacto con varios diputados para que agilicen los trámites y se apruebe con carácter de urgencia si es posible.

Ese trámite burocrático más es lo que preocupa especialmente a Esther Caballé que, junto a su esposo, Josep Ardit, están a la espera desde Tortosa, donde residen, de poder adoptar a una niña a la que conocieron el pasado 5 de agosto.

Caballé explicó ayer que la firma del convenio «es muy importante» pero teme que el nuevo requisito legal retrase todo el proceso. Esther lamenta el caso de alguna familia a la que ya se había asignado un niño para adoptarle pero que, al prolongarse tanto el proceso, se le ha entregado en adopción a una familia rusa.

Caballé teme que las familias se queden en una especie de limbo legal aunque el convenio «abre la esperanza de que el proceso se desarrolle normalmente».

Guillem Rico también se muestra esperanzado ante la firma del convenio. Guillem y su esposa, Gemma Flores, ya adoptaron a un pequeño, Martí, y ahora aguardan un ‘hermanito’. Su proceso también está paralizado. Viven en Tarragona. De las 17 familias tarraconenses a la espera de un niño ruso, siete están tramitando la adopción y diez se mantienen pendientes de asignación.

Catalunya tiene entre un 30 y un 40% de las solicitudes españolas de adopción en Rusia. En septiembre, cuando acababan de suspender las tramitaciones, había 223 familias catalanas con expedientes abiertos por adoptar en unas 80 regiones de ese país.

Fuente: http://www.diaridetarragona.com

Si este artículo te parece interesante, compártelo.
Facebook Twitter Plusone Linkedin Pinterest

Deja una respuesta