Desbloqueadas las adopciones de niños rusos por españoles

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Gobierno, oposición y las quinientas familias que tienen bloqueada actualmente la adopción de niños rusos están en deuda con los colectivos de gais y lesbianas españoles, que han renunciado a adoptar menores de esa nacionalidad para favorecer a los afectados, especialmente a los 160 padres que ya tienen hijos asignados y que incluso han ido a visitarlos. Rusia cambió su legislación sobre adopciones para vetar a homosexuales y familias monoparentales -los gais no suelen adoptar en pareja, sino que es uno solo el que inicia los trámites-. Para asegurarse de que sus niños no acaben en esas familias, Moscú cerró por completo la adopción con España hasta que esta se aviniese a firmar un convenio que garantizase sus exigencias.

El problema era que la firma del convenio por España vetaría a los homosexuales, que aquí tienen derecho a adoptar, por lo que sería inconstitucional. Ajustar este conflicto a derecho era un quebradero de cabeza para el Gobierno, pero fueron los propios colectivos gais los que decidieron inhibirse y dejar el camino libre para no perjudicar a los padres y niños atrapados por la burocracia. «La grandeza de miras de los gais en este tema ha sido brutal. No han dicho ni pío para no perjudicar a nadie», enfatiza el diputado del PSOE Juan Moscoso, que el miércoles preguntó por las adopciones al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Fito Ferreiro, coordinador del colectivo gay 7 Cores, lo tiene muy claro: «Hemos dado este paso lateral con gusto porque creemos que no se puede jugar con los sentimientos e ilusiones de las personas. Es de justicia», añade, aunque cree que su grupo debe «volver» con el paso del tiempo a la posición inicial y «no admitir discriminaciones».

El anuncio de la firma del acuerdo con Rusia, efectuado por el propio ministro, satisface a la oposición, aunque sus diputados consideran que «lo más importante ahora es apremiar al Gobierno para que lleve este asunto al Consejo de Estado por la vía de urgencia», pues sobre las familias con niños asignados se cierne una amenaza dramática: Rusia empieza a reasignar esos menores cuando aparecen solicitantes de su propio país, que tienen prioridad. Ya hay seis casos, pero cada día que pasa es un salto sin red.

La oposición resta valor a la supuesta inconstitucionalidad del acuerdo, algo que no es extraño en estos convenios internacionales. «Es el caso -explica Moscoso- de los que se firman con algunos países para repatriar españoles para que cumplan condena en nuestras cárceles por delitos que aquí no lo son».

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/

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