La mejor decisión

Otro sitio más de la comunidad ADOPTY

«Una tortuguita comienza penosa y lentamente a subirse a un árbol. Después de varias horas de esfuerzo, cuando llega a la punta, se lanza al vacío y se da un tremendo golpe contra el suelo. Al rato, la misma tortuguita vuelve a hacer el esfuerzo y lentamente, trepando como puede, llega de nuevo casi a la punta, se lanza y se vuelve a dar otro costalazo. Nuevamente, testaruda, hace otro tremendo esfuerzo y después de mucho rato y muchos jadeos, va llegando a la punta del árbol cuando se resbala, se vuelve a caer, agita sus patitas y se pega nuevamente un gran golpe en el suelo. En el mismo árbol, en el extremo de una rama, había una pareja de palomas mirándola con lástima… Entonces la paloma hembra le dice al palomo macho:
—Oye, querido, ¡¿No te parece que ya es tiempo que le digamos a la tortuguita que ella es adoptada?! —».

 Espero no haber molestado al lector con este inocente chiste con el que sólo pretendía ilustrar con humor por qué es tan importante para un niño adoptado conocer sus orígenes.

Para una persona que ha conocido a sus padres biológicos desde su nacimiento, que ha convivido con ellos y que ha gozado de su presencia, es difícil comprender lo pensamientos que transitan por la cabeza de un niño adoptado así como los sentimientos –a veces contradictorios –que con toda seguridad conviven en su corazón. Quizá pasiones encontradas de amor y odio hacia sus desconocidos padres biológicos, y puede que también sensaciones de aceptación y a la vez de rechazo hacia sus padres de verdad, los adoptivos.

Tengo una hija adoptada de origen chino, es preciosa, despierta y muy cariñosa, aunque también algo traviesa. Todavía es pequeña, pero ya comienza a preocuparme los conflictos mentales y sentimentales que su condición de adoptada pueda provocarle. Pronto le surgirán las dudas y comenzará a preguntar, al principio se tratará de preguntas cortas, claras y directas.

Sobre su entrega (aunque parezca un eufemismo prefiero utilizar esta palabra en lugar del vocablo abandono) querrá saber cuándo se produjo, cómo, dónde y –sobre todo –POR QUÉ. Y ésta última cuestión es la que más me inquieta. No puedo, ni debo mentir, y tampoco quiero hacerlo. Quisiera poder darle las respuestas y al hacerlo asegurarme de que no le causen el más mínimo dolor, pero creo que lo tengo bastante difícil. Por eso quiero estar preparado para cuando pregunte y saber cuál será aquella respuesta que, sin faltar a la verdad, mejor pueda satisfacer sus inquietudes y tranquilizar su espíritu.

El cuándo, el cómo y el dónde son relativamente fáciles de responder, de hecho existe documentación al respecto en su expediente de adopción. Además, podré contar con la ayuda de la Administración Pública para recabar el mayor número de datos posible sobre mi hija, porque la legislación vigente en materia de adopciones garantiza a las personas adoptadas el derecho a conocer sus orígenes biológicos, para lo cual incluso se nos facilita el acceso a toda la información que las propias Entidades Públicas dispongan. La reciente Ley 54/2007, de 28 de diciembre, de Adopción internacional, en su artículo 12 garantiza el derecho a conocer los orígenes biológicos: «Las personas adoptadas, alcanzada la mayoría de edad o durante su minoría de edad representadas por sus padres, tendrán derecho a conocer los datos que sobre sus orígenes obren en poder de las Entidades Públicas españolas, sin perjuicio de las limitaciones que pudieran derivarse de la legislación de los países de que provengan los menores. Este derecho se hará efectivo con el asesoramiento, la ayuda y mediación de los servicios especializados de la Entidad Pública de Protección de Menores u organizaciones autorizadas para tal fin.». Y para garantizar aún más este derecho, en su disposición final primera modifica el artículo 180 del Código Civil añadiendo un nuevo punto instando a las Entidades Públicas a prestar estos servicios especializados.

Pero para responder a las tres primeras cuestiones no sólo haré uso de la información que me pueda suministrar la Administración española, ya que ésta estará limitada a los datos proporcionados por el orfanato chino en el que vivió los primeros tres años de su vida. Para conocer más sobre el cómo, el cuándo y el dónde he podido hacer algunas “investigaciones” que han dado sus frutos. Son pequeñas averiguaciones para las que no necesito desplazarme a China y puedo hacerlas desde mi casa o en mi entorno, pero que a mí me parecen auténticos logros en pos de sus orígenes.

Sentado frente al ordenador y utilizando las posibilidades y recursos que Internet me ofrece, así he conseguido información muy interesante para satisfacer estas tres incógnitas: logré un ejemplar del periódico chino en el que se publico su “finding ad” , también localicé un DVD del orfanato donde vivió sus tres primeros años, así como fotos y planos de la ciudad donde se ubica. He localizado en el “Google Maps” la ciudad donde se encuentra el orfanato y también la ciudad donde fue hallada.

Además he creado un grupo en Internet que pretende reunir al mayor número posible de familias españolas con niñas del mismo orfanato que mi hija, de esta manera podemos compartir información y cuando sean un poco mayores podrán permanecer en contacto entre ellas si lo desean.

Asimismo estoy registrado en el “grupo americano” de familias con hijas del mismo orfanato que la mía. Es una buena fuente de información aunque el problema del idioma es una importante traba para mí.

Y sin hacer uso de las tecnologías también he dado algunos pasos en pos de conocer algo más sobre sus orígenes: pertenezco a una asociación de familias adoptantes en China con cuyos miembros comparto información y amistad, y estoy suscrito a publicaciones especializadas en materia de adopción.

Como veis, son muchas las cosas que podemos hacer sin gran esfuerzo para obtener información sobre el origen de nuestras hijas. En este momento tengo una importante cantidad de datos sobre cuando, cómo y dónde la encontraron. Pero aún me queda saber cómo voy a responder a la principal duda que, tarde o temprano, mi hija me planteará:

—Papá, POR QUÉ —.

Hay mucha literatura sobre cómo abordar la respuesta a esta delicada pregunta, desde cuentos para los propios niños hasta sesudos tratados, y son muchos los especialistas que opinan sobre este asunto. Psicólogos, educadores, asistentes sociales y padres adoptantes, entre otros muchos, dan consejos y advertencias sobre la mejor forma de abordar ciertos temas con los hijos no biológicos. Pero a mí ninguno me satisface. No es que desconfíe de los conocimientos y experiencias de estos profesionales, cuyos consejos valoro, sino que cada niño es un mundo, cada niño es diferente y lo que puede ser válido para uno, para otro puede ser contraproducente. Lo argumentos que a un niño pueden convencer, a otros le pueden provocar más incertidumbres aún, y una respuesta equivocada a un adolescente adoptado puede ocasionarle más desasosiego que tranquilidad.

Realmente nunca sabré por qué fue entregada, porque la respuesta a esa pregunta sólo lo tienen sus padres biológicos, pero no quiero dejar a mi hija sin una contestación. Supongo que mi respuesta irá cambiando sutilmente, con pequeñas variaciones, conforme ella vaya creciendo.

Mientras sea pequeña le contaré que nació en una familia que no la pudo cuidar y es por eso que nosotros somos su familia para toda la vida. Y por fin, cuando tenga suficiente capacidad de raciocinio, entonces podré hablarle de la política del hijo único en China, de la problemática que supone la superpoblación para este país, de las dificultades económicas para mantener una hija, de la pobreza en el medio rural… hasta que sea lo suficientemente mayor y le hable de las cuestiones “culturales” que hacen que las niñas sean infravaloradas en ese país y en otros muchos…

Pero mis dudas no se limitan tan sólo a lo que debo decirle, porque tampoco tengo claro cuál será la mejor manera de explicárselo, lo que puedo afirmar es que se lo contaré con amor y delicadeza, y sin juzgar a las personas ni a los acontecimientos. Cuando se lo explique no haré juicios de valor sobre personas que no conozco ni sobre una decisión que quizá fue la más dura que jamás tomaron y presumiblemente en unas circunstancias difíciles.

Lo haré lo mejor que pueda, pero siempre me quedará la duda de si lo que le digo es la verdad y si lo estoy haciendo bien. Y mientras le cuento lo poco que sé, intentaré convencerla de que su vida anterior no se puede cambiar, y que aunque la desconozcamos y nos duela, debemos aceptarla sin rencores ni recelos.

Como veis, sólo tengo incertidumbres, sin embargo, en este mar de dudas hay una cosa que tengo muy clara, y es que debo convencerla de que, si bien apenas tenemos datos de su historia pasada, debemos mirar hacia el futuro y construirlo juntos, e intentar que la parte de su vida que comienza desde el momento en que llegó a nosotros se convierta en una historia llena de amor, felicidad y éxitos. Y que esto es mucho más importante que el pasado.

Facebook Twitter Email

7 Comments

  1. JUAN BLAS
    9:20 on abril 3rd, 2012

    Gracias, por contribuir como todos los que tenemos hijas adopatadas aclarar un poco las ideas, las niñas tienen mucha incertidumbre, y como son muy vivas preguntan sobre sus orígenes, tambien tengo una niña china de 8 años de Kunming. Desde muy pequeña sabe que es adoptada pero de vez en cuando dice que hecha de menos a su madre china, que tiene dos mamás y papás que a nosotros no nos hecha de menos porque nos tiene aquí, pero como ellos están allá les hecha de menos, nunca los conoció porque está con nosotros desde que tiene nueve meses y la dejaron para que se hiciesen cargo de ellas con apenas horas de vida.

  2. Muy interesante todo lo que comentas y que comparto contigo. Lo que dices de la » Ley 54/2007, de 28 de diciembre, de Adopción internacional, en su artículo 12 garantiza el derecho a conocer los orígenes biológicos» Eso esta muy bien , pero se podra llevar a cabo esa ley? la llevaran a cabo?? colaborara China ? y demas paises ??? Ojala cuando nuestros hijos quieran saber o necesiten saber, puedan hacerlo.

  3. Los orígenes biológico en China quizás sea un poco dificil, la información de que dispone la administrción igual si, que es la incógnita que tengo, si la administración dispone de más información que la que nos facilitan. En nuestro caso en Kunming, nos facilitaron el recorte del periódico en donde saíó su publicación, que es el requisito necesario para que sea preparada su documentación para ser adoptada. Y en la visita al orfanato el médico la conoció por su nombre y fue cuando nos enteramos que había estado en casa de acogida.

  4. Nosotros en Rusia sí lo estamos investigando. Yo encontré a las dos madres de mis dos hijos y tengo cartas y video guardado para cuando sean mayores que guardo como un tesoro. Esas cartas me han dado muchas respuestas para dar a mi hija principalmente y ella se ha quedado muy tranquila. Yo misma creé un grupo de busqueda_familia_bio_rusa en yahoo. Ojalá que en China os organicéis y lo consigais hacer tambien. Yo creo que es muy importante para el futuro de nuestros hijos.

  5. Me parece estupenda tu iniciativa Marosa, pero creo que en China es todo más difícil. No obstante merece la pena intentarlo.

  6. he visto unos vídeos el Yotube sobre holandeses que ha adoptado: youtube.com/watch?v=F-JVk6t_aQs, me parece que es muy interesante y realmente es a lo que pasa. las preguntas siempre aparecen.

  7. Impresionante y conmovedor