Según una antigua tradición china, «un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias… El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse». Al final, todas las personas que tiran de él llegan a reunirse. Es una bonita historia que todos los adoptantes en China conocen y que les ayuda a sobrellevar la espera.
En todo acontecimiento humano en el que intervienen varias personas, al final siempre alguien queda injustamente olvidado, y me atrevería a afirmar que con frecuencia son los más débiles e indefensos. Unas veces por desconocimiento, otras por desidia e incluso en ocasiones por conveniencia hay personas cuya participación se omite. Read the rest of this entry »