Un dicho popular proclama que «el niño que se parece al padre honra a la madre». Esta frase anticuada –y hasta cierto punto machista –se la oí decir hace tiempo a una matrona bastante mayor (imagino cuántos niños, cuántas historias y cuántas circunstancias habrá visto esa mujer en su larga vida profesional). Esta máxima es –lógicamente –aplicable tan sólo a los hijos biológicos. Pero no es la única diferencia que hay entre los hijos “naturales” y los adoptados. En el orden ilógico de este blog he decidido intercalar aquí un breve texto que contiene algunas estúpidas reflexiones sobre estas diferencias. Y es que quisiera deshacer el mito de que la maternidad/paternidad por adopción debe parecerse lo máximo posible a la biológica. Read the rest of this entry »

