Actividad

Hace pocos días han abierto un bazar chino a pocos metros de mi casa, y a mi hija le faltó tiempo para ir a comprar algo. La dependienta fue muy amable e incluso le regaló a mi hija un pequeño detalle seguramente porque son de la misma raza.
Ayer volvimos a entrar, y junto a la dependienta habitual había otra que en lugar de amable era indiscreta. Nos preguntó el tiempo que llevaba con nosotros, la región de donde provenía… y yo respondía más por educación que por el gusto de charlar, porque hablaba a voces.
Mi hija estaba a mi lado, y de pronto la dependienta china indiscreta me pregunta sin cortarse y señalando a mi hija si era abandonada. Mi hija me miró y me preguntó inquisitiva, -papá, ¿a mi me abandonaron?-.
Ella sabe que es adoptada, pero nuestra manera de explicarle las cosas es diciéndole que su madre de China la llevó a un colegio donde nosotros íbamos a recogerla.
En fin, me molestó mucho la falta de tacto de la dependienta y su indiscreción.
Acto seguido me despedí y conforme iba para la puerta le decía casi a gritos a mi hija. -Tú tienes mucha suerte.
Me paré y le dije igual o más fuerte que más suerte había tenido yo al encontrarla.
No puedo decir que jamás volveré a entrar a esa tienda porque está al lado de casa y es una gran tentación para mi hija, pero si evitaré hacerlo cando esté la dependienta indiscreta.