-
-
También hay que tener en cuenta que muchos niños adoptados no han visto una piscina en su vida, a veces ni siquiera una bañera, así que entiendo que la vista de tanta agua junta de miedo. Mi hijo se pasó su primer verano con nosotros sin soltarse de nuestro cuello cada vez que se bañaba, ahora es un pececillo 🙂
-