La pugna de Rusia con EE UU por las adopciones salpica a España

 

Rusia

España es –codo con codo con Italia- el segundo país en el que más niños rusos se adoptan. El primero, hasta la fecha, es Estados Unidos. Con la aprobación de la ‘ley Dima Yákovlev’ que prohíbe a las familias americanas adoptar niños rusos, la pregunta que plantea Rusia Hoy es: ¿afectará esta medida de alguna manera a las familias españolas que quieren adoptar en Rusia?

Las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional (ECAI) con las que ha podido hablar esta cronista coinciden en que no esperan una medida del gobierno ruso tan tajante como la adoptada con Estados Unidos.

“Las relaciones entre España y Rusia son buenas. Los informes de seguimiento de los niños que se adoptan –que es una de las cosas que más preocupan a las autoridades rusas- se cumplen en el 99% de los casos. La protección del menor es muy rigurosa en España y, además, rusos y españoles tenemos un concepto de la familia muy similar, cosa que no sucede en el caso de Estados Unidos”, explica el director de Infància i futur, Antoni Mercadal.

“Los niños en general se integran muy bien”, añade Mercadal. Conservan la nacionalidad rusa (también obtienen la española); están empadronados en el consulado y suelen mantener vínculos con Rusia, cosa que la mayoría de los padres apoyan con entusiasmo. Muchos, incluso, reciben clases de ruso para no perder su lengua materna.

Sin embargo y, a pesar de esta buena sintonía, el número de adopciones de niños rusos por parte de familias españolas ha bajado en picado, desde los 1.618 adopciones de 2004 hasta las 712 de 2011 (último año del que hay datos oficiales).

Las razones son dos. Una es la crisis económica española que ha hecho bajar notablemente el número de solicitudes de adopción. La otra es la política que empezó a aplicar hace unos años el gobierno ruso de restringir la adopción internacional y alentar la nacional.

Todos los agentes que trabajan en el campo de las adopciones señalan que, de entrada, esta política es positiva para el menor porque es mejor para él que se pueda quedar en su país.

Pero también existen inconvenientes. Por ejemplo, aunque la atención en las instituciones de menores es en general correcta, si estos niños no son adoptados por familias (rusas o extranjeras) ¿qué pasa con ellos cuando superan la mayoría de edad? Sin un referente familiar, quedan indefensos.

Otra pregunta obvia es: si la mitad de las adopciones internacionales estaban en manos de familias americanas, ¿quién va a adoptar ahora a estos niños? ¿Se van a quedar en las instituciones? ¿Los van a adoptar familias rusas? Quizás ahora las familias españolas tendrán más posibilidades de que se les asigne un niño ruso, como señala Manuel Luna, director de AIPAME, una ECAI que trabaja con Rusia desde el año 96.

Carmen Cano, directora de Créixer junts, pone otra cuestión sobre la mesa. Las familias rusas que adoptan niños son “muy selectivas”, dice. “Quieren niños pequeños, rubios –no quieren saber nada de otras etnias- y sanos”. El año pasado, familias norteamericanas adoptaron en la región de Moscú 14 niños con síndrome de Down. ¿Qué va a pasar ahora en estos casos?”.

Esta ECAI, desde que se hizo pública la decisión del gobierno ruso de prohibir las adopciones en Estados Unidos, no ha parado de recibir llamadas de padres preocupados por la noticia. Además, han empezado a notar una “ralentización” en el proceso en algunas regiones.

Manuel Luna cree que adoptar en Rusia se hará cada vez un poco más complicado y también más largo. En su opinión, los funcionarios rusos y, sobre todo, los jueces van a mirar con lupa cada expediente.

Los tres representantes de ECAI sostienen que hace tiempo que en la sociedad rusa existe el debate entre los favorables y los contrarios a la adopción internacional. Confían en que no se imponga el ‘orgullo nacional’ o el ‘componente demagógico’ sobre el derecho de los niños a tener la mejor vida posible.

Rusia Hoy se ha puesto en contacto, tanto con la embajada rusa en Madrid, como con el consulado en Barcelona, para contrastar los puntos de vista, pero no ha obtenido ninguna respuesta.

La comunidad rusa en Barcelona se manifiesta 

Algunos ciudadanos rusos que viven en Barcelona y alrededores quisieron mostrar su rechazo a la ‘ley Dima Yákovlev’ y se manifestaron a la puerta de la sede de Unicef de la capital catalana.

Entre los asistentes, Sasha puso el acento en los muchos niños enfermos o con problemas especiales que adoptaban las familias estadounidenses y que difícilmente encontrarán un hogar ruso donde se les quiera.

Elena, que ha trabajado muchos años en una ECAI en Rusia, subraya los beneficios de las adopciones internacionales y considera que “no importa la nacionalidad de los padres, sino que los niños tengan un buen futuro”.

Fuente: RusiaHoy

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