Servicio pionero del Ayuntamiento de Barcelona – Ni adopción ni acogida: colaboración temporal

Desde hace 30 años, el Ayuntamiento de Barcelona ofrece –de forma pionera- un Servicio de Familias Colaboradoras que acogen a un niño un tiempo limitado porque sus progenitores no pueden ocuparse temporalmente de él por razones de enfermedad, ingreso hospitalario o por horarios laborales incompatibles con el cuidado del hijo.

En 2011, más de 40 familias realizaron 38 colaboraciones en la Ciudad Condal.

Gal.la Palau, trabajadora social de este servicio, explica que “es muy importante concienciar a las familias colaboradoras que su aportación es puntual, por lo que nunca se quedarán con el niño ya que no se trata ni de acogida ni de adopción”. “Los padres que se adhieren al servicio pensando que algún día podrán quedarse con él, se equivocan pues, una vez finalice el periodo de ayuda, probablemente no le vean más”.

De ahí que uno de los cuatro ejes de este servicio sea precisamente la temporalidad. Según fuentes del Ayuntamiento, “la colaboración sólo ha de durar el tiempo necesario para resolver el problema que lo motiva”. Por ello, evitan que “la colaboración se prolongue innecesariamente por comodidad de la familia natural o por deseo de la colaboradora”.Si el niño ha de ir a vivir con la familia colaboradora, “la estancia máxima con ellos es de 6 meses”.

Los otros tres ejes de este servicio aseguran el bienestar del niño. La proximidad garantiza que el niño mantenga su vinculación con su medio familiar y social; el eje de complementariedad garantiza que la familia colaboradora no sustituya jamás a la biológica, por lo que no se puede hacer cargo de algo que corresponde a los progenitores. La voluntariedad, cuarto eje del servicio, “implica a las dos familias y al niño”.

Mónica Gallach (Barcelona, 41) y su marido Joan son familia colaboradora. Los fines de semana que lo necesita, Jashira va a su casa porque su madre tiene un horario de trabajo incompatible con los días festivos de la niña. “Es una niña muy alegre y cariñosa y nos impresiona su habilidad artística cuando dibuja”. “Cuando ya tienes hijos adolescentes, es genial volver al parque con una niña de cuatro años, y jugar con plastilina y volver a pintar”, afirma. Entre las dificultades de tener a Jashira en casa, Mónica asegura que es una niña que se adapta muy bien a todo “menos al coche, ya que más de media hora de viaje no lo lleva bien, por ello salimos un poco antes y vamos parando para que no pase un mal rato”.

Cuando una familia se plantea adherirse a este servicio, Mónica aconseja “hablarlo primero todos los miembros, dejar muy claro el tiempo de que disponen y que no quieran abarcar más de lo que puedan”. “Si se deciden –añade esta madre colaboradora- ¡vale la pena hacerlo!”.

Vía: Te Interesa

 

Si este artículo te parece interesante, compártelo.
Facebook Twitter Plusone Linkedin Pinterest