Una simple papel manuscrito donde se puede leer: María nació a las 17 horas y 30 minutos del día 20-7-81, pesó al nacer 3,50 kg. Tiene el membrete del Sanatorio San Ramón, la dirección y el teléfono. Son los escasos datos con los que se registraba un parto. En aquellos años, cuanta menos información hubiese, mejor.
El principal problema que tienen hoy los miles de afectados de los casos de “niños robados” -ya hay presentadas 1.500 denuncias- es que no se conservan los archivos con sus historiales médicos. Las clínicas donde se realizaban los partos destruían toda la documentación de acuerdo a la ley y de esta forma se impedía que en un futuro las madres biológicas pudieran saber el paradero de sus bebés.
Publicado el 16/04/2012 en ABC
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