El instinto del pequeño salmón

Las preguntas y la comprensión de los orígenes varían según la edad emotiva y mental del niño y después del adulto.

Esta búsqueda no tiene la misma importancia y significación para todos. Una prueba es que, la mayoría de los adoptados en Quebec no solicitan buscar sus orígenes aun cuando desde 1984 la ley se lo permite.

Sin embargo, para algunos, esta necesidad de saber se convierte en una búsqueda con un significado enorme.

Como el salmón, están dispuestos a romperse las aletas contra las rocas y agotar su energía vital para obtener una respuesta a este instinto de retorno a sus orígenes. Esta necesidad es a menudo interpretado por los padres como una desaprobación de la relación adoptiva, como un fracaso del amor mutuo. Los padres piensan erróneamente que no le han amado bastante, que no repararon suficiente el pasado, que van a perder alguna cosa especial con su hijo si le dejan o le animan a volver a su país. Algunos padres

también quieren evitar un sufrimiento a su hijo, que se decepcione si no encuentra las respuestas o el objeto de su deseo.

Es necesario, como padres prepararse mentalmente a aceptar esta etapa. La mejor manera es ordenar nuestros contenciosos y nuestra “lógica privada” con los padres biológicos de nuestros hijos (aunque en China, por ejemplo, la posibilidad de referencias de los padres biológicos sea muy escasa). Si consideramos a los padres biológicos como personas que forman parte de nuestras vidas, que han sido y son aún personas significativas para nuestros hijos, no evitaremos el despertar del instinto del “pequeño salmón” y lo viviremos de una manera mucho más constructiva. Una negación de la legitimidad de esta búsqueda puede verdaderamente poner en peligro la calidad de la relación padre-hijo. En cambio, una apertura sincera no puede más que enriquecerla.

Fuente: Las doce características del niño adoptado. Michelle Bernier y Johanne Lemieux

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