Las trabas de la adopción en Colombia

Mapa de Colombia en America del Sur

Hace algunas semanas escribí un artículo sobre el tema de la adopción, del cual recibí comentarios de varios lectores que me pidieron referirme a un tema que han tocado algunos medios, entre ellos este diario.

Se trata del endurecimiento de las políticas de adopción de parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, tras un documental transmitido en un importante canal nacional el año pasado, el cual mostraba con extrema parcialidad y sin ningún tipo de contraparte cómo algunos niños han sido dados en adopción sin el consentimiento de sus madres biológicas.

La conclusión de este documental: la adopción en Colombia es un trámite poco honesto que tiene menos pros y más contras.

A este hecho le antecede la Sentencia T-844 de 2011, de la Corte Constitucional, que determina que antes de declarar un niño adoptable el ICBF debe tratar de localizar a su familia hasta el sexto grado de consanguinidad para ver si alguno de sus parientes quiere adoptarlo, lo que lleva a un largo y costoso proceso y, a su vez, pone en riesgo la respetable y a veces necesaria decisión que en muchos casos toma la madre biológica de mantener en reserva su embarazo.

Y mientras se da esta búsqueda, el menor va creciendo sin hogar, en un limbo jurídico y afectivo hasta convertirse en un niño de difícil adopción.

Un lector me escribió contándome que felizmente es padre adoptivo de un niño de dos años. Hace algunos días fue a visitar el hogar donde vivía su hijo y varios compañeritos de la salacuna siguen allí, creciendo y sin encontrar un hogar.

Mientras tanto las parejas que han tomado la decisión de adoptar entran a formar parte de una penosa lista de espera. Muchos se preguntan, si la madre no optó en dejar a su hijo con un pariente, ¿por qué el ICBF tiene que buscarlo y hasta sexto grado de consanguinidad?

Una lectora me contaba que junto con su esposo, comenzó a hacer las averiguaciones para adoptar un bebé y la respuesta fue: el proceso demora unos cuatro años.

Anualmente en Colombia se entregaban 3000 niños en adopción y esta cifra bajó el año pasado a 1400.

Quisiéramos que la razón fuera la de menos niños abandonados, pero la realidad es que son más los pequeños que por esta tramitomanía están pasando los primeros y más importantes años de su vida sin un hogar que los ampare y corriendo el riesgo de ser futuros habitantes de la calle.

¿Se preocupa realmente el ICBF de la protección del menor en primer lugar? Se hace urgente que, con rigor pero sin excesos innecesarios, agilice los trámites de adopción para lograr que muchos niños en Colombia tengan una segunda oportunidad de encontrar el hogar que en un primer momento les fue negado.

Fuente: El Colombiano

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