Adopción: Durante la estancia en el país…

En el caso de las adopciones internacionales, los padres normalmente tienen que realizar por lo menos un viaje al país en el que está el niño. Es una estancia por lo general bastante estresante para los padres, porque tienen que atender a infinidad de cuestiones burocráticas al mismo tiempo que están viviendo un proceso afectivo crucial en sus vidas. Y todo en un país diferente, que es posible que estén visitando por primera vez.

Recopilando información sobre la salud previa del niño

A pesar del estrés que puede resultar el papeleo de una adopción en el país del niño, es muy importante que en esos días o semanas, los padres intenten también recopilar, aunque sea por su cuenta, toda la información que puedan sobre la historia clínica de su hijo (antecedentes, vacunaciones, tratamientos, posibles alergias…).

Lo ideal es hablar con los médicos que lo han tratado, con las enfermeras del hospital donde nació, con sus cuidadores actuales o pasados, con algún familiar biológico, etc. Esto es solo posible hacerlo in situ y las pesquisas suelen ser más efectivas cuanto menos tiempo haya pasado desde el nacimiento del niño. Si esperamos a averiguar estos datos años después, será seguramente imposible hacerlo.

A veces, esta búsqueda de información puede resultar estéril o poco fructífera, pero no hay que sentirse frustrado. Cualquier dato que consigan los padres, por pequeño que pueda parecer, puede ser importante en un futuro.

Visita con un pediatra local

Si es posible, es conveniente acudir a un pediatra local con el niño para que le haga un reconocimiento o incluso una analítica completa.

Especialmente si la estancia en el país va a ser larga, podría ser beneficioso empezar ya con algún posible tratamiento (por ejemplo, contra parásitos, transtorno bastante habitual).

Otra ventaja es que este pediatra conocerá de primera mano los posibles problemas de salud típicos del país.

Intentando inducir la lactancia

Si el niño adoptado es aún bebé (y sobre todo, si aún no ha perdido el reflejo de succión), se puede intentar inducir la lactancia inducida. La madre deberá estar ya asesorada y preparada antes del primer contacto con el bebé, para poder empezar inmediatamente. No todos los orfanatos permiten este tipo de contactos en los primeros días antes de entregar al niño a sus padres adoptivos; se seguirá entonces con la estimulación de la madre iniciada previamente, hasta que el niño esté con la familia. En cualquier caso, se hará lo más pronto que permitan las circunstancias.

Suele ser necesaria la ayuda de un relactador: un biberón o botella colgado del cuello de la madre, del que sale una canulita que se adhiere al pezón. El bebé succiona el pezón, estimulándolo, mientras la leche le llega de la cánula sin que él lo note. Al cabo de un tiempo (variable) puede producirse la subida de la leche, incluso en madres que no han lactado nunca.

Pero aunque no se consiga, el vínculo madre-hijo se verá favorecido con el contacto piel con piel, con lo que el uso del relactador puede considerarse en estos casos como una forma alternativa de darle el biberón al bebé adoptado.

Pepa Simón en Bebé Doctissimo

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