Acogida permanente: «…Y de repente llegó Juan»

Juan  vive con una familia de acogida permanente y con la ayuda de su hermana Ana cuenta su experiencia.

Yo nací de una mamá que no me podía cuidar porque tiene una discapacidad.  Así que nada más nacer estuve viviendo en una resi. En la resi tuve mucha suerte porque estaba con unas cuidadoras que me querían muchísimo.  Además también vivía con otros niños que tampoco podían estar con sus papás. Todos estábamos contentos, pero la verdad es que echábamos de menos encontrar un papá y una mamá para nosotros (bueno, esto me lo han contado porque yo era un bebé y no me acuerdo).

Un día, cuando cumplí seis meses mis papás llamaron a mis tres hermanos mayores. Entonces les explicaron que iban a acoger a un niño (o sea, yo). Les dijeron que yo no tenía familia y que, por eso, habían decidido acogerme en casa para siempre. Desde entonces me convertí en un hermano de acogida.

Mis hermanos dicen que soy yo el que los acogí a ellos y los cambié, porque cuentan que mi familia era muy diferente antes de que yo llegara. Como ellos dicen, hay niños que nacen y otros que llegan. Yo llegué. Y transformé mi familia. Ahora, a veces, mis papás me llevan a la resi y así veo dónde vivía yo antes. De vez en cuando la trabajadora social viene a mi casa para verme y ver cómo estoy.

Dentro de poco hará cuatro años y medio que llegué y cinco que nací, o sea que tengo más cumpleaños que la mayoría de niños, pero ¿A que es divertido?

«Hay niños que nacen y otros que llegan. Yo llegué. Y transformé mi familia»

 

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