La adopción le dio a Carlos una segunda oportunidad de vida

Al cumplir un año y medio, Carlos fue adoptado por una pareja italiana  que le dio una nueva oportunidad de vida y un futuro. No sabe si fue abandonado o era huérfano. Ahora es un ingeniero biomédico y su meta es ayudar en proyectos de adopción.

Con un marcado acento italiano, Carlos Remuzzi, contó a La Razón su historia de vida. A los pocos días de nacer llegó al hogar Virgen de Fátima, ubicado en la zona de Villa el Carmen de la ciudad de La Paz; vivió en ese lugar hasta cumplir un año y medio de edad. A partir de ese entonces su vida cambió totalmente.

En 1985, los italianos Giuseppe y Manuela Remuzzi iniciaron el trámite para adoptar a un niño boliviano. Después de cumplir con los requisitos, el juzgado familiar determinó entregarles a Carlos, quien se fue a iniciar una nueva vida a Italia junto a sus papás adoptivos y el resto de la familia.

“Siento que mi adopción fue una bendición porque me dio otra oportunidad de vida, tengo una linda familia y soy feliz, amo a mis papás y a mis hermanos. Mi hermana Wara es de Cochabamba, ella también fue adoptada y tenemos un hermano menor, Livio, que es hijo biológico; pero mis padres nunca hicieron diferencias, siempre nos dieron el mismo amor y lo mejor”, expresó Carlos.

Reveló que  hace algunos años sentía la curiosidad de averiguar sus orígenes, de saber quiénes eran sus padres. Razón por la que visitó el país por un mes el 2010, pero en el hogar le dijeron que no hay datos sobre su pasado. En 2011 regresó con el mismo propósito, pero además con de un proyecto relacionado con su profesión de ingeniero biomédico y también para ayudar a que los niños sin hogar sean adoptados.

“Quisiera saber cómo fue vida antes de ser adoptado, pero no es la búsqueda de otros padres porque yo ya los tengo, ellos me aman mucho y yo también. Hasta ahora no obtuve ninguna información, pero también vine preparado para eso”, expresó.

El año pasado, un nefrólogo boliviano invitó a Carlos a ser parte de un proyecto de telemedicina para las áreas rurales del país que durará hasta el 2013. Él quiere aprovechar este tiempo para ayudar a instituciones que se ocupan de las adopciones de niños que no tienen familia, como una forma de retribuir el destino que le tocó.

Este joven comparte su testimonio de vida con las personas que realizan el curso de padres adoptivos en el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), quienes le manifiestan sus dudas e inquietudes sobre el tema. La psicóloga del Sedeges, Naira Guerrero, dijo que la experiencia de Carlos llama mucho la atención de las personas, porque se lo ve feliz, estable y tranquilo por tener una familia en Italia, donde hay aceptación del tema sin ningún tipo de prejuicio.

Países

Dina Salazar, trabajadora social del Sedeges (Servicio Departamental de Gestión Social), indicó que hasta hace dos años la mayoría de las solicitudes de adopción era del exterior, sobre todo por parejas de italianos, seguidas por holandesas y suecas.

Sin embargo, debido a la conclusión del convenio de La Haya, que facilitaba estos procedimientos, ya no hay requerimientos de personas del exterior.

“Muchas familias de otros países buscaban hasta hace dos años adoptar a niños bolivianos, sin importar su edad o sexo, entonces era la oportunidad para que los más grandes encuentren el calor de familia. Es una pena que ya no tengamos estas solicitudes que eran gestionadas por agencias internacionales”, dijo.

Debido a esta situación, el Sedeges promueve “la cultura de la adopción nacional”, pues aseguran que en el país no existen muchas personas interesadas en acoger a un menor sin vínculos sanguíneos o un niño con más de siete años de edad. En general, las pocas parejas que pretenden adoptar prefieren a los bebés.

“Lamentablemente la idiosincrasia de las familias bolivianas es adoptar a bebés, pero las parejas de otros países tienen un pensamiento muy diferente, porque con el amor y el cariño llegan a Bolivia y se llevan a niños de hasta 12 años de edad”, informó la abogada del Sedeges, Mary Velasco.

Demanda en ciudad de la paz

  Cifras

En lo que va del año, se iniciaron 30 demandas de adopción en La Paz; 14 de ellas pertenecen a niños del hogar Virgen de Fátima y 16 a la casa Carlos de Villegas, más conocida como “Gota de Leche”. Sin embargo, sólo seis menores viven actualmente con sus nuevas familias, debido al requerimiento de edad.

Buscan habilitar adopciones internacionales

Guiomara Calle

La Asociación de Familias Adoptivas de Bolivia pretende habilitar nuevamente las llamadas “adopciones internacionales” y para ello sostiene reuniones con el Ministerio de Justicia.

Desde hace dos años, Bolivia no renueva el convenio de La Haya, que facilitaba la adopción por parejas de Italia, Holanda y Suecia. Este hecho disminuyó totalmente las “adopciones internacionales” que ayudaban a que los niños de mayor edad tengan la oportunidad de una nueva familia.

Ahora, la Asociación pretende impulsar la renovación del convenio de La Haya, mediante el Ministerio de Justicia y con la ayuda de Carlos Remuzzi, que funge como secretario de Relaciones Coexteriores dentro de la organización.

Hubo una primera entrevista con el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, que expresó su predisposición de habilitar estos trámites, pero también hay la preocupación ante la situación de la trata y tráfico, contó Carlos.

“Me parece absurdo que las parejas de otros países no puedan adoptar a niños de Bolivia, yo recibí esta bendición de unos italianos. Estos convenios deberían renovarse porque la adopción internacional es un recurso muy importante para este país. Las organizaciones internacionales trabajan de acuerdo a convenios, así que ya están controladas”, indicó Carlos.

Fuente: La Razón, Bolivia

 

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